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La pandemia del coronavirus desnuda la corrupción, señala Caritas Honduras

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Tegucigalpa – La Pastoral Social Caritas Honduras, lanzó este jueves un fuerte y amplio comunicado titulado, apuntes de lo que hemos visto y oído, en el que expresa que “la pandemia del coronavirus desnuda la corrupción en Honduras”.

– El informe cuestiona el manejo de los fondos públicos en el marco de la pandemia y señala que no hay un liderazgo sólido para afrontarla.

– Caritas considera que en la entrega de ayudas se nota un claro matiz político y sectario.

– Hay pereza en los funcionarios, compras sobrevaloradas y equipos de mala calidad, expresa el documento.

– Caritas pide: garantizar ayuda humanitaria, adecuar el sistema de salud, uso transparente de los recursos públicos y diseñar políticas económicas que permitan paliar el deterioro económico.

El documento de esta instancia de la Iglesia Católica hondureña inicia citando una frase del papa Francisco en la que dice: “prepararse para el después es importante, ya que se notan algunas consecuencias que deben ser enfrentadas: hambre, personas sin trabajo fijo, violencia, la aparición de los usureros, que son la verdadera peste del futuro social, delincuentes deshumanizados. No se debe anteponer la economía de un país a la vida de millones de personas, sería un genocidio virósico”.

Caritas, señala que “los expertos del desarrollo humano plantean que todas las crisis son una oportunidad para aprender de las lecciones que nos dejan y corregir los desaciertos cometidos. Sin embargo, en Honduras parece que esta crisis provocará otras crisis, si no se toman pronto las medidas pertinentes”.

El manejo de una emergencia global, como ha definido la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la pandemia, requiere de gobernantes con un liderazgo sólido, organizado y con estrategias de gobierno, como lo mencionó la Conferencia Episcopal de Honduras en su último mensaje a la nación.

Los vientos que soplan en el país hacen prever que ese liderazgo sólido no se está consolidando, al contrario, se va resquebrajando, según informaciones de instituciones veedoras por el manejo dudoso de las inversiones gubernamentales y la especulación descarada de empresas proveedoras de los kits de higiene y de bioseguridad para hacer frente a la pandemia, cuestiona Caritas.

El documento añade: que existe inconformidad de la población y las denuncias hechas en las esquinas se deben a la percepción generalizada de que la ayuda solidaria se está entregando con un claro matiz político sectario y que la compra de productos indispensables para hacer frente a la pandemia es de mala calidad y han sido sobrevalorados.

En ese sentido, recuerda que “es tarea del Estado investigar a fondo toda denuncia, de proceder judicialmente cuando existen indicios de delito y de castigar penalmente a quienes se han enriquecido con el uso indebido de los bienes públicos.La sociedad reclama de los funcionarios responsabilidad ética y profesional; una sana administración pública, planificación eficiente de todas sus acciones para aumentar la confianza y credibilidad en el gobierno”.

Y agrega que preocupa la desidia que los funcionarios han mostrado para dotar del equipamiento básico al sector de la salud sigue provocando irritación en la mayoría del pueblo, la pregunta obligada es la siguiente: ¿Por qué el gobierno no protege a aquellas personas que les toca por trabajo o por vocación servir a las personas que pueden ser portadores del virus? ellas deben ser las primeras en gozar de protección personal.

Pero, además, la población se encuentra confundida con tanta información a veces cruzada de los organismos responsables de coordinar la respuesta a la emergencia, a este tiempo todos debemos saber con claridad cuál es la estrategia para detener el avance de la pandemia, qué medidas se están tomando para reducir la mortalidad por el virus y la ruta que debemos seguir para tener el país, como dice la Conferencia Episcopal de Honduras, que todos merecemos.

Es un clamor popular detener la pandemia del COVID-19, pero es igualmente fuerte el grito de detener el otro virus, la corrupción, que tanto daño ha producido a nuestra sociedad, uno de los causantes de la pobreza del Estado Hondureño.

El fantasma de una pobreza más cruda de la que ya hemos arrastrado por años, hace que la población sea sumamente desconfiada, sensible a todo lo que significa abuso de los empleado públicos, la población no quiere arrastrar lo que no ha contraído y que le impiden salir de la pobreza y hasta de la miseria, y es que una vida de desempleados, sin posibilidades de trabajo y sin aparente futuro posibilita las reacciones de una población cansada de ser postergada en sus aspiraciones, al fin y al cabo el pueblo es el que termina sacrificándose.

Ante esta situación el Estado Hondureño y su gobierno tiene cuatro grandes retos:

1- Garantizar la ayuda humanitaria a todos los sectores de la población que se encuentran en precariedad

2- Emplear los medios necesarios para detener la pandemia del COVID-19 y adecuar rápidamente el sistema de salud para atender a las personas contagiadas.

3- Garantizar el uso adecuado y transparente de los recursos financieros para responder a la emergencia.

4- Diseñar las políticas económicas que permitan al país paliar el deterioro económico y crear condiciones de vida humanas de la población una vez que haya pasado la curva de contaminación.

Reflexión comunitaria:

1- ¿Considera que la población tiene razón en su malestar por el mal manejo de los recursos del Estado en esta pandemia?

2- ¿Conoce casos donde la ayuda se ha politizado?

3- ¿Qué pueden hacer las organizaciones de ciudadanos en casos de corrupción?

4- ¿Qué mecanismos de solidaridad se dan en nuestros pueblos para salir del aislamiento e individualismo?

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