Ginebra – Un panel de la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha fallado a favor de la Unión Europea en una disputa con Malasia, uno de los principales productores de aceite de palma, por las restricciones en Los Veintisiete al uso de este como materia prima para biocombustibles.
En la disputa, iniciada en 2019, Malasia consideraba inconsistentes con las normas comerciales internacionales ciertas medidas dictadas por la UE contra estos biocombustibles, algo que ha sido rechazado por la OMC, aunque esta reconoció ciertas deficiencias en la forma en la que las medidas fueron elaboradas y aplicadas.
La UE mantiene un programa de promoción de las energías renovables, que incluía un objetivo mínimo de un 10 % en el uso de estas en todos los transportes de los países miembros, pero decidió que los biocombustibles elaborados con aceite de palma se excluyeran de estas políticas progresivamente hasta 2030.
La exclusión, contra la que protestan tanto Malasia como el otro gran productor mundial, Indonesia, se basa en el hecho de que la UE interpreta que estos biocombustibles contribuyen a la deforestación global, al sustituirse bosques o tierras de cultivo de alimentos por plantaciones dedicadas a la producción de aceite de palma.
Indonesia también presentó una queja contra la UE por estas políticas, dos años después de que lo hiciera Malasia.
La OMC ha decidido considerar ambos casos por separado, ya que la delegación indonesia ante el organismo pidió este lunes una suspensión de dos meses para su contencioso, por lo que la sentencia hecha pública este martes solo afecta a la disputa entre los Veintisiete y Malasia.
Indonesia y Malasia suman el 85 % de la producción mundial de aceite de palma, utilizado también en industrias como la alimentaria o la de cosméticos, y con otros importantes productores en Latinoamérica tales como Colombia, Ecuador, Honduras o Guatemala. EFE
(vc)