París – Ni la incesante lluvia que cae sobre la capital francesa parece capaz de apagar la pasión desatada entre los parísinos por los Juegos Olímpicos, como atestiguan las kilométricas colas para acceder a la piscina de La Défense Arena, donde comienzan este sábado las pruebas de natación.
Protegidos por paraguas y chubasqueros los más previsores y otros soportando la fina pero constante lluvia, miles de espectadores aguardaban una hora y media antes del inicio de la sesión matutina la apertura de las puertas para acceder a la piscina olímpica.
Una cola de casi un kilómetro, lo que separa el imponente Arco de La Défense, el emblema del barrio financiero de la capital parisina, de La Défense Arena, la no menos espectacular instalación que acogerá las pruebas de natación en estos Juegos.
Larguísima cola en la que destacaba la presencia de aficionados estadounidenses, australianos, británicos y, como no, franceses que asistirán esta mañana al primer asalto entre la australiana Ariarne Titmus, la estadounidense Katie Ledecky y la canadiense Summer McIntosh en los 400 libre, una prueba que no pocos han calificado como «la carrera del siglo». EFE
(RO)
