Tegucigalpa – La ascendencia de los narcotraficantes en América Latina es refrendada con la casta de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo” cuyo dominio popular se refleja no solo en los corridos que hacen culto al capo sino en la moda y hasta en la gastronomía.
– El cine, la moda, el ocio y hasta platillos hacen apología a Joaquín Guzmán Loera, un narcotraficante que se ha convertido en leyenda.
Apenas pasaron dos días de su fuga de la cárcel de máxima seguridad, El Altiplano en Almoloya de Juárez en México, cuando el popular cantante Lupillo Rivera ya tenía a disposición de su público la composición “El Chapo, otra fuga más”.
La letra de la canción detalla cómo se escapó “El Señor” como le llama el popular cantante al “Chapo”.
Pero la fuga de Joaquín Guzmán Loera no solo ha inspirado a por lo menos media docena de artistas mexicanos a hacer sus composiciones musicales sino que ha estimulado la fiebre de la moda. Ropa donde la imagen del narcotraficante es el centro de camisetas, gorras, vestidos y un sinfín de accesorios.
Se trata de jóvenes diseñadores que utilizan los beneficios del comercio en línea para vender sus productos con bastante éxito, ya que la mayoría de las piezas con la imagen de “El Chapo” están agotados.
Líneas como InkedShop , Perdiem Clothing , KartelKollection , Deadline , The High Class y ES muestran sus propias colecciones.
Si bien la ropa con la imagen de Guzmán Loera apareció en el mercado tras su captura, ahora, con su fuga las ventas se han reactivado y son ascendentes.
Así, el vacío de la celda número 20 del pasillo dos del Altiplano representa el llenado de los bolsillos de noveles diseñadores que usan Internet para colocar las prendas que se agotan en los mercados populares.
“El Señor de los túneles” ha sido capaz, tras su fuga por un agujero rectangular de 50 centímetros que le permitió “desaparecer” bajo tierra, sin estar muerto, de reactivar su presencia en la mente de miles de ciudadanos que hacen apología a las imágenes de narcotraficantes y barones de la droga.
Son personas que miran a sus héroes en los jefes criminales. La mayoría de ellos viven en empobrecidos poblados y en barrios marginales, a los cuales la acción del Estado no llega nunca.
Son gente insatisfecha que encuentra en los jefes narcos la labor benéfica de modernos Robín Hood que les proveen sus necesidades básicas, les llevan alegrías, música, ferias y pirotecnia, además les generan empleos tras poner en marcha agroindustrias, emporios comerciales y otras empresas que disfrazan una economía sucia.
Esa razón, expresada reiteradamente por los sociólogos y expertos en criminalidad organizada, puede comprenderse fácilmente al leer lo que en una red social escribió la estrella del espectáculo mexicano Susana Zavaleta: “Por lo pronto, qué bueno que ‘El Chapo’ se salió, ojalá y vaya a pavimentar calles y a tapar pozos, porque él sí hace cosas por su pueblo; yo estuve en Mazatlán cuando lo agarraron la primera vez, hace un año y medio, yo estaba cantando allá en Mazatlán, y la gente en el malecón llegaba llorando porque lo había agarrado, porque dicen que ayuda mucho a la gente que quiere», dijo.
En Tamaulipas, la fiebre por “El Chapo” quedó plasmada en una piñata con su figura, una muestra del pensamiento de un artesano de la región.
El legendario criminal no solo ha paseado su fama por América sino que ha llegado hasta los Países Bajos donde tres niños aseguraron haberle visto hace algunos días y hasta lo describían, frente a un policía.
El cine tampoco escapa del influjo del capo y se ha anunciado una nueva película, “El Cartel”, inspirada en Guzmán Loera y dirigida por Ridley Scott, con la productora 20th Century Fox.
Tampoco la gastronomía escapó del influjo de “El Chapo” que pasa por la creación de una hamburguesa con su sobrenombre. Es un platillo complementado con tocino, aguacate, chicharrón y algo de chile.
Así, cada día se escribe una nueva historia de idolatría al “Señor de los túneles”, un narcotraficante que ya es leyenda.