La situación que enfrentan ciudades como Tegucigalpa y Comayagüela, en donde si bien es cierto hay unos 600 hidrantes, éstos en su mayoría carecen del servicio por falta de mantenimiento.
Y es que la falta de un plan para instalar hidrantes en las diferentes ciudades del país por parte de las autoridades se vuelve un verdadero problema a la hora de sofocar un siniestro.
Los inconvenientes que deben pasar los miembros de los Cuerpos de Bomberos en todo el país son cada vez mayores, por la falta de planificación de las autoridades locales, lo que aumenta la vulnerabilidad de las grades ciudades y las demás regiones del país.
Se menciona que se requiere un hidrante cada 500 metros, pero ciudades como Choluteca, El Progreso, La Ceiba, Santa Rosa de Copán y Juticalpa, presentan problemas en ese sentido.
Si en Tegucigalpa y Comayagüela la situación es crítica por la falta de hidrantes, en otras ciudades esto es un lío más que evidente, la pregunta que se debe de hacer entonces: ¿Qué harán nuestras autoridades locales, el Cuerpo de Bomberos y el Gobierno Central si ocurre desafortunadamente un incendio de grandes magnitudes?
Ante este flagelo y la experiencia que dejó el incendio en la granja penal de Comayagua el pasado 14 de febrero donde murieron 361 personas y el siniestro que consumió gran parte de los mercados capitalinos el 18 del presente mes, debe de alertar a las autoridades hondureñas.
