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“La educación encierra un tesoro” , cerca de cumplir 30 años.

Dr. Ignacio Alonzo

Jacques Delors, fue un renombrado político francés que nació en 1925, segunda década del Siglo XX, y murió de manera paradójica en la segunda década del Siglo XXI, en el año, 2023.
El famoso informe de Jacques Delors que es el esfuerzo de once más especialistas mundiales, expertos en educación con miradas expansivas, rinden a la UNESCO,el informe en 1996, con un nombre muy sugestivo, “La educación encierra un tesoro” dándose a conocer las habilidades que deben alcanzar los individuos a lo largo de la vida escolar. Además lograr y permitir a niños y jóvenes su propia realización y la de los que puedan ayudar al pasar por este mundo. El documento es extenso y sin lugar a dudas, que todos los que hemos visto dicho escrito somos impactados por las expresiones de “Aprender a hacer, aprender a vivir, aprender a conocer y aprender a ser”, pues son los pilares de la educación, propuestos para el Siglo XXI, los cuales son irrefutables verdades y baluartes para una sociedad que propende transformar la educación y ser diferente de las demás naciones del mundo. La educación del futuro, según todos los planteamientos del informe referido arriba, debería pasar por estos pilares. Apostar por la educación, entonces, es la mejor propuesta que gobierno alguno, le puede hacer a la niñez y a la población en general de un país.

Algunos antecedentes históricos que tenía la conformación de la Comisión para la educación del Siglo XXI, y elaborar el Informe solicitado por la UNESCO, estaban: un estudio realizado en 1968 sobre la crisis mundial de la educación, la Comisión Faure de 1972, en donde se proponía el pilar de aprender a ser, la Conferencia de Jomtien, celebrada en Tailandia en 1990, educación para todos, (EFA), que no era más, que el impulso decidido a la educación básica concebida en ese momento hasta el sexto año de la educación primaria, la Cumbre de la Tierra, llevada a cabo en Río de Janeiro, Brasil en 1992, en donde se retomó el tema de la educación básica, pero agregándole lo de “avanzada” Y, finalmente, la Conferencia de Beijing, China, celebrada en 1995,(Guillen, 2008).

No cabe duda, que la comisión presidida por el abogado y economista Delors, impactó y pegó fuerte en todos los sistemas educativos del mundo, ya que cada uno de los pilares expuestos, fueron concebidos como los ideales para resolver problemas, vivir en armonía, comprensión y respeto con los congéneres, que los estudiantes aprendan a hacer cosas que les sirvan para la vida, mediante un aprendizaje significativo, además, que la persona que se educa sea juicioso, autónomo y capaz de enfrentar cualquier situación en donde ponga a prueba sus capacidades de ser, sin menospreciar a los demás, sino valorándose a sí mismo y mirando a los demás como sujetos y no como objetos sin valor.

Una educación cosificada, desigual, postergada y sin consideración para los educandos, está destinada a fracasar y determinada a ocupar los últimos lugares, aniquilada, sin salida ni esperanza de marcar diferencias con respecto al resto de naciones del mundo. Mientras no veamos al ser humano como parte de ese todo, tal como lo concibe y visualiza la educación, tendremos como resultado, titulaciones sin sentido, sin objetivos, proliferación de instituciones educativas en que los estudiantes entran con aburrimiento, rebasados de entretenimiento, más vaciados de lo que realmente necesitan saber y aprender para la vida y sobre todo ser exitosos profesionales con profesiones apetecidas por el servicio público y el sector privado.

Han pasado ya casi treinta años de “La educación encierra un tesoro”, sin embargo, al parecer no han cambiado las tensiones, desafíos y decepciones como apunta el informe mismo, pues, si vemos la situación en la totalidad del mundo, enfrentamos problemas aún mayores, de tal forma que cuando se redactó el informe Delors, existían las Torres Gemelas en Nueva York, se hablaba del Y2K del cambio de Siglo, los líderes de los países productores de petróleo, estaban en sus mejores años, no se avizoraba una guerra entre Estados Unidos e Irak. Algunos países de la región latinoamericana abrazaban la democracia como forma de gobierno, de esta manera dejaban oscuras noches de abusos y golpes de Estado o de traspaso de poder entre los militares, que se jactaban de ser el poder real en muchos países. Al caer el Muro de Berlín y ver la reunificación de las Alemanias, y la separación de las repúblicas que pertenecían a la URSS, cesaron los conflictos de guerrillas, entonces los grupos guerrilleros dejaron las armas y se convirtieron en partidos políticos luchando y participando en procesos democráticos para alcanzar el poder.

Es importante mencionar, que las reformas educativas de los 90 principalmente en los países de América del Sur, proponían esperanzas y cambios notables, nuevas metodologías de enseñanza, currículum con contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales, descentralización y desconcentración, en sus sistemas educativos, como lo experimentaron, Argentina, Chile y Uruguay. Nos preguntamos qué pasó, qué ocurrió, dónde se detuvo el tiempo que no permitió los cambios necesarios y certeros momentos que dieran al traste para tener una mejor educación y ofertas académicas de futuro. Será que las políticas educativas no cuajaron y por eso les hemos quedado a deber a los Milenials que hoy viven entre nosotros, aspirando tener una mejor formación para competir en este Mundo que cada vez se vuelve más complejo y despiadado, pues sólo alcanzan sobrevivir aquellos que han tenido la dicha de formarse en burbujas escolares de élites, las cuales no son muestras, comparado con los miles de niños y jóvenes que tienen que conformarse con lo que hay en el medio. Nuestros sistemas educativos deben mejorar y dar saltos significativos, diferenciando claramente el hacer y el ser en un planeta en donde cada vez, los miedos, los medios y las diferentes plataformas educativas no están al alcance de todos los niños y jóvenes que según Delors son el futuro. Hay que dejar en el pasado, el pesimismo, conformismo, para elevarse y pasar a la dimensión del optimismo pedagógico, sorprendiendo a nuestros niños y jóvenes, que son la esencia prospectiva de nuestro País, Honduras.

Para concluir, quedándoles a deber en el abordaje de este tema tan visceral y racional de interés local, nacional, regional, continental y mundial, podría apuntar que son enormes los desafíos y necesidades que afronta la educación del Siglo XXI, entre otros, podríamos señalar: la violencia en las escuelas, la desigualdad y las brechas sociales muy marcadas, acoso escolar, ausencia o escasos recursos tecnológicos, mejores sistemas de evaluación escolar, acceso a los textos escolares que estén preparados por verdaderos especialistas, contextualizados, tomando en cuenta los más altos estándares nacionales e internacionales, un equipo permanente de currículistas que trabajen en la revisión de los contenidos pertinentes y relevantes para enseñar, esto en cada nivel educativo hasta el universitario, mejora continua en la formación permanente de los docentes y su respectiva valoración de la carrera, mejores condiciones de infraestructura física, espacios áulicos y recreativos que gusten a los niños y jóvenes, mejorar y revisar las mallas curriculares que beneficien los procesos de enseñanza y aprendizaje, sin discriminación atendiendo a todos aquellos niños que presenten necesidades educativas especiales, y también a los que muestran grados y niveles de aprendizajes más exigentes, un sistema de jubilación que sea justo en relación a los años en que un docente puede ser útil al 100%, evitando con esto, tener profesores cansados, desactualizados y desmotivados, condiciones, que van en detrimento de la calidad de la educación. Sin duda, y de acuerdo con (Benítez, 2024), que llegó el tiempo para los gobiernos presentes y futuros en mejorar la educación, pasemos de los ideales a los hechos concretos, del discurso remedero y remendado, a la construcción de una educación de calidad, en donde se enseñen ciencias básicas y también las habilidades blandas. Hablemos en las instituciones educativas de generosidad, cortesía, tolerancia, solidaridad, democracia, civismo, urbanidad, valores altruistas, morales y espirituales, ya basta con el mal entendido de que la educación es “laica”, acaso, que por ser laica, ya no se debe enseñar a saludar, a ser respetuoso, al no plagio de trabajos y tareas, la responsabilidad en las asignaciones, calidad humana, armonía, justicia, amor por lo que tiene la institución ya sea del gobierno o de esfuerzos de capital privado.

El documento “La educación encierra un tesoro” es un manual maravilloso, el día de hoy, aumentado por otras formas, pues después del año dos mil, se convirtieron en las competencias que deben alcanzar los estudiantes para competir en este presente mundo globalizado. Cuando creamos de verdad en la educación, entonces trabajaremos de verdad por amor al presente y futuro de Honduras que son los niños y jóvenes desde el nivel de Prebasica hasta el Superior, “contrario sensu” podríamos pagar un precio demasiado alto y heredar un país a las futuras generaciones que solo piensen en ser sicarios, traficantes de drogas, extorsionadores, delincuentes comunes, corruptos o en último escenario, emigrar, lo que resultaría, tener ciudadanos en condiciones deplorables y dignos de conmiseración. Si y solo si, “La educación encierra un tesoro”, si hacemos de la educación un tesoro, invirtiendo los mejores capitales tanto humanos como económicos, agregándole voluntad política, compromiso, honestidad y pasión por la educación.

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