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La economía de EE.UU. crece un sólido 4,6 % en el segundo trimestre del año

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Washington – La economía de Estados Unidos creció un sólido 4,6 % en el segundo trimestre del año, tras la contracción de un 2,1 % entre enero y marzo, gracias a la reactivación de las exportaciones y al estímulo recibido por la inversión empresarial.

Tras la contracción sufrida en el primer trimestre del año debido principalmente a un invierno que resultó particularmente duro, la economía muestra una consolidación del crecimiento tras el fin de la crisis económica a mediados de 2009, con su mejor comportamiento desde 2011.

«El crecimiento en el segundo trimestre fue robusto», señaló el presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Jason Furman, «las cifras de hoy indican que la economía muestra señales claras de mejoría tras la crisis».

Sin embargo, «todavía queda mucho por hacer para seguir impulsando el crecimiento y que esto se traduzca en una mayor seguridad financiera para las familias trabajadoras», agregó.

En el segundo trimestre, el gasto de los consumidores, considerado el auténtico motor de la economía estadounidense por representar más de dos tercios del producto interno bruto (PIB), aumentó a un ritmo anual sostenido del 2,5 %.

El alza del PIB en el segundo trimestre, anteriormente calculada por el Departamento de Comercio en un 4,2 %, se debió principalmente al aumento de las exportaciones y al crecimiento de la inversión empresarial.

El aumento de las exportaciones subió de 10,1 % a 11,1 %, el mayor aumento registrado en tres años.

La mayor ganancia en el segundo trimestre se registró en la inversión empresarial, con un gasto en infraestructuras, como oficinas y fábricas, que subió del 9,4 % calculado hace un mes a un 12,6 %, y el gasto en maquinaria fue revisado también al alza de un 10,7 a un 11,2 %.

Con una subida de 1,7 %, el gasto público creció en los últimos tres meses a una tasa mayor que en los últimos cinco años.

En los últimos cuatro trimestres, el PIB ha crecido a una tasa anual del 2,6 %, esto es, 6 décimas más que el 2 % del crecimiento anual registrado en los anteriores ocho trimestres.

No obstante, aún persisten señales de fragilidad en la recuperación.

Como, por ejemplo, las existencias de las empresas, que se mantuvieron estables en torno a 84.800 millones de dólares, una cifra alta que apunta una posible desaceleración del crecimiento del sector empresarial de cara al tercer trimestre.

En cuanto a la inversión inmobiliaria, que se había desacelerado a principios del año, repuntó ligeramente entre abril y junio.

Las ganancias de las empresas, que en el primer trimestre habían disminuido en un 2,9 %, también crecieron en el segundo un 6,2 %, dos décimas por encima de lo previsto.

Este repunte en la actividad podría impulsar la creación de puestos de trabajo, pues, pese a un descenso paulatino, el desempleo aún se encuentra en una tasa del 6,1 %, una cifra aún alta para los registros históricos de la primera economía del mundo.

A pesar del fortalecimiento del mercado laboral, el poder adquisitivo de los trabajadores no está siendo equiparado al aumento de los precios al consumidor.

Con el sector inmobiliario que continúa en fase de recuperación y el debilitamiento de las economías del extranjero, que podría afectar el sector de las exportaciones de EE.UU., la economía del país todavía no ha alcanzado su potencial.

Debido al pobre desempeño económico en el primer trimestre y aún a pesar del fuerte rebote del crecimiento entre abril y junio, se calcula que el PIB estadounidense crecerá en todo el año en torno al 2,1 %, muy similar al 2,2 % registrado en todo 2013.

La recuperación en marcha ha provocado que el banco central estadounidense se encuentre a punto de concluir su multimillonario programa de inyección de liquidez en su próxima reunión de octubre y planee la primera subida de tasas de interés desde 2008 para mediados de 2015.

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