Nueva York.- La defensa del rapero Sean Combs, conocido como Diddy, aseguró hoy en el juicio federal por tráfico sexual que enfrenta en Nueva York, que el suyo es un caso «sobre amor, celos, infidelidad y dinero».
«Combs es un hombre complicado, pero este no es un caso complicado. Es un caso de amor, celos, infidelidades, dinero y relaciones sexuales consentidas», afirmó hoy en los alegatos de apertura del caso una de sus abogadas, Teny Geragos.
El artista, que durante la presentación de Geragos se levantó para mirar al jurado, está imputado por cinco cargos: uno de conspiración con fines de extorsión; dos de tráfico sexual mediante la fuerza, el fraude o la coerción; y otros dos de transporte para ejercer la prostitución.
Geragos insistió al jurado en que deben olvidar lo que han leído en las noticias, ya que el caso se ha vuelto muy mediático por la gravedad de los cargos y el estatus de Combs, uno de los raperos estadounidenses más reconocidos del país, fundador de la discográfica Bad Boy Records y ganador de tres premios Grammy.
Y recordó el pasado «humilde» del artista: «Su historia es fascinante, pero también humana. Empezó con muy poco, en el barrio de Harlem, y se lo trabajó. Creó una cultura y produjo música que marcó a una generación».
«Es una persona fascinante. Sí, es rico, pero carismático. La gente lo quería a su lado por los beneficios que les podía traer, porque él daba oportunidades a las personas. Tenía una visión que pocos tenían», indicó la abogada.
Geragos mencionó el vídeo en el que Combs agrede brutalmente a su expareja, la cantante Cassie Ventura -que testificará en el juicio- y dijo «asumimos toda la responsabilidad» -dando a entender que hablaba en nombre de Combs también- de que en este caso «haya habido violencia doméstica».
Pero incidió en que «la violencia doméstica no es tráfico sexual» y recalcó que todas las relaciones sexuales mantenidas por Combs fueron «consentidas».
La Fiscalía acusa a Combs de que durante veinte años (de 2004 a 2024) presuntamente se dedicó a «abusar, amenazar y presionar a mujeres» para que participasen en «encuentros sexuales elaborados», con trabajadores sexuales masculinos, a menudo bajo los efectos de las drogas.
La fiscal Ashley Johnson describió hoy con precisión estos «freak offs» -que Diddy también llamaba «wild king nights»-: espectáculos sexuales elaborados en los que obligaba a sus víctimas a tomar múltiples drogas, sobre todo MDMA y éxtasis, que tenían lugar en hoteles en los que mantenía a estas mujeres encerradas durante días. EFE/ir