Tegucigalpa – Con la imposición de las cenizas, la comunidad cristina católica de Honduras, inicia hoy miércoles el período de la Cuaresma, en medio de un efervescente ambiente político en la víspera de elecciones primarias en los tres mayoritarios partidos de este país.
– “Que Dios se compadezca de esta Honduras que está dividida, herida por la corrupción, por el sicariato con tanto asesinato y herida por sus propios hijos”: padre Ovidio Rodríguez
– Los obispos advierten de cara a las elecciones que se avecinan, que es preciso “irdesenmascarando la corrupción, la demagogia, el populismo y la manipulación, que son variantes de la mentira”
Como cada año, las iglesias de todo el país abren sus puertas y sus misas son especiales, buscan la reflexión profunda que permita a los files el encuentro consigo mismos y con la comunidad.
La Cuaresma, de acuerdo a la fe católica, es el período que sirve de preparación para vivir el misterio pascual, muerte y resurrección de Jesús; ante tal acontecimiento, los cristianos y especialmente la feligresía católica, se encuentra lista para renovar sus vidas mientras reflexiona en el llamado de la Conferencia Episcopal emitido hace apenas dos días, para pedir a sus fieles que voten en libertad y con conciencia.
“La decisión de a quién elegir debe ser totalmente libre; no cabe aceptar coacción de ningún tipo: ni de ideas, ni de propaganda vacía y engañosa, ni de compra y venta de votos, o presiones de cualquier naturaleza. Nuestro voto no tiene precio. Esto es coherente con la libertad de los hijos de Dios que poseemos como don suyo: “Cristo nos ha liberado para ser libres”, dice un apartado del pronunciamiento de la congregación de obispos hondureños.
En plena Cuaresma, el próximo 12 de marzo, los hondureños de los partidos Nacional, Liberal y Libre van a las urnas para elegir a sus autoridades y a sus candidatos a puestos de elección popular en los niveles locales, parlamentarios y presidenciales.
Proceso Digital conversó con el padre Ovidio Rodríguez sobre el inicio de la Cuaresma en el actual contexto hondureño.
“El Señor nos invita a volver el rostro hacia el Dios de la misericordia, no al Dios del poder político, no al Dios económico y no al Dios del poder social, sino al Dios que quiere que nos reconciliemos con él”, manifestó el presbítero.
Para el padre Ovidio, la Cuaresma es el tiempo de la gracia, tiempo de Dios y un momento preciso donde Honduras está en campaña política, “pedimos a Dios que no haya confrontación ni en este proceso electoral, ni en el de noviembre (elecciones generales), no sentir que el Dios-poder es el que nos está moviendo, sino que ese Dios bueno, de amor, de paz , que se compadece de esta Honduras que está dividida, herida por la corrupción, por el sicariato con tanto asesinato, herida por sus propios hijos” expresó vehemente el padre Ovidio Rodríguez.
Luego prosiguió “que el Señor toque sus corazones para que no se endiosen ellos mismos y que Dios nos de la gracia de buscar su rostro y que podamos enderezar este país”.
Rectificar lo torcido
Para el cura Rodríguez este periodo debe servir a los hondureños no solo para reconocer sus errores y más allá de ello, lo sustancial es enmendarlos. “Hay que rectificar lo que esta torcido.”, argumentó.
Dijo que la mayor connotación que tiene la Cuaresma es la conversión “cambio de mente y de actitud, muchos de los hondureños tienen que cambiar para que la situación también cambie en el país”.
Reconciliación
Hizo un llamado a la población hondureña, a sus autoridades, a la clase política a volver el rostro a Dios ya que él no se cansa de perdonar, es compasivo, misericordioso, exclamó en un tono de invitación.
En ese sentido, pidió en este tiempo de Cuaresma “buscar una conciliación con nosotros mismos, con nuestra historia, con nuestro entorno, con el prójimo, con los vecinos, con los compañeros, con nuestros padres y estar reconciliados con Dios”.
Tras la crisis política de 2009, Honduras ha vivido una confrontación social abierta que, aunque se ha menguado, aún mantiene efectivas sus huellas entre sectores.
“Solo perdonando es que somos perdonados”, puntualizó.
Desafíos
Mientras las expresiones del padre Ovidio, parecieran complementarse con el mensaje público de la Conferencia Episcopal que en otro apartado dice. “Enpocos días realizaremos elecciones internas en un ambiente social con importantes desafíos: las amenazas que suponen la creciente violencia, la corrupción y la impunidad, la desconfianza de la población hacia ciertas instituciones públicas; así como la necesidad de acceso a la vivienda, al trabajo, a la salud y la seguridad alimentaria.
Este panorama sombrío nos obliga a modificar nuestra pregunta: no es, ante todo, “¿a quién voy a elegir?”, sino más bien “¿por qué voy a participar en las elecciones?”.
Desenmascarar la corrupción
Tanto el planteamiento de los obispos como el del padre Ovidio coinciden en la necesidad de reconocer los fallos y más allá de ello, enmendarlos.
Igualmente, la iglesia llama a la equidad, a la dignidad a la vez que recuerda la necesidad de “construir un país donde la justicia, vinculada a lo moral y a lo legal, sea una realidad que incluya por igual la vida de todos los ciudadanos”.
Y entra en detalles al llamar a sus fieles votantes a la importancia de “tener la certeza sobre la transparencia en la conducta del candidato y del partido; la veracidad de sus propuestas será medida por la factibilidad de sus proyectos y la credibilidad de sus obras. Se debe ir desenmascarando la corrupción, la demagogia, el populismo y la manipulación, que son variantes de la mentira, porque el árbol bueno se conoce por sus frutos.”
Así, sin abstraerse de la realidad política y social de Honduras, los fieles, inician la Cuaresma y con ella sus reflexiones sobre cómo elegir mejor a sus autoridades en un país donde los cristianos son mayoría absoluta y sus iglesias Católica y Evangélica, tienen una ascendencia directa y contundente en la población.
