Tegucigalpa – La ambición del poder y el tener domina nuestro mundo, cuestionó este domingo el párroco de la catedral metropolitana San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, sacerdote Juan Carlos Martínez, durante su homilía.
“Los dueños actuales del mundo han querido apoderarse de la herencia, de la vida, matando para ello al hijo, son los poderes económicos, ideológicos y políticos que viven a costa de muerte”, cuestionó el prelado.
Citando la parábola bíblica de la viña y los labradores malvados, Martínez indicó que Dios mandó a su hijo no para que lo asesinaran sino diciendo tendrán respeto a mi hijo, sin embargo, contra la voluntad de Dios, lo matan y la renta que le dan es la renta de muerte.
Acotó que Jesús mismo es el hijo representado en la parábola, él que es echado fuera de la viña, “Jesús es echado fuera de este mundo, su muerte es la demostración de que no hay lugar para Él en este mundo; hemos echado fuera a Dios”.
“¿Dónde está Dios?, yo se los voy a decir, nosotros lo hemos matado, ustedes y yo, todos somos sus asesinos, pero cómo hemos podido hacer eso, qué hemos hecho al cortar la cadena que unía esta tierra al sol, hacia dónde se dirige ahora, a dónde nos dirigimos nosotros, sin Dios el mundo es víctima de una neurosis radical”, señaló.
Acotó que la viña es la tierra en que hemos nacido y en la que hemos venido a vivir, la viña es la humanidad entera en la que el Señor ha plantado la cepa cristiana, la viña es por supuesto la iglesia, pero tampoco la iglesia garantiza la fidelidad al Señor de la viña frente a los frutos que tanto espera.
Cuestionó que a veces la iglesia se empeña más en poseer verdades y poder que en despertar frutos de libertad, de amor y misericordia, por supuesto la viña del Señor somos todos nosotros y no hemos respondido siempre a esos cuidados que el viñador con tanto amor nos ha otorgado.
“Hay quienes que sencillamente no aciertan a construirse a sí mismos, no se desarrollan las capacidades que llevan dentro; algunos se construyen solo en lo exterior, en la apariencia, en la ambición por el poder, pero por dentro están inmensamente vacíos”, fustigó el líder religioso.
