En un comunicado enviado a la prensa, los inmigrantes, procedentes de Sudán y Eritrea, advirtieron de que no tenían intención de regresar al centro de detención de Holot, y de que volverían a tratar de cruzar la frontera con Egipto si sus reivindicaciones no eran atendidas.
Sus demandas se basaban en la exigencia de su reconocimiento como refugiados por parte del Estado de Israel y su liberación de Holot, considerada por ellos como «una prisión abierta» en la que deben registrarse tres veces; medida que, de no cumplirse, puede conducirles a un encarcelamiento en una prisión convencional.
Testigos confirmaron a Efe este domingo que las fuerzas israelíes se vieron obligadas a intervenir el viernes y sábado para evitar que algunos de ellos saltaran la línea divisoria.
«El gobierno israelí no cumple con las obligaciones que impone la comunidad internacional respecto a la defensa de los inmigrantes», criticó el documento, en el que también se exige a la ONU su intervención.
El diario progresista «Haaretz» aseguró al inicio de la jornada que, ante esta situación, el Ejército israelí sopesaba enviar refuerzos a la zona para desmantelar el campamento y arrestar a aquellos que traten de infiltrarse en la frontera.