«Ellos (los países occidentales) acordaron que no se producirán más de las entre las 5.000 a 6.000 centrifugadoras existentes y que se pueden activar sin ningún problema», dijo Ahmadineyad, sugiriendo que Occidente ha aceptado la presencia de las actuales centrifugadoras.
El dirigente iraní agregó que los países occidentales se han visto obligados a retomar las negociaciones sobre la cuestión nuclear iraní después de haber fracasado en su intento de detener los progresos de Irán en el ámbito nuclear.
Así, subrayó que la «lucha» iraní ha obligado a Estados Unidos a cambiar su postura y a participar en las última ronda de conversaciones sobre la cuestión nuclear de Ginebra.
«Los estadounidenses decían que Irán debía aceptar la suspensión del enriquecimiento de uranio para participar en las negociaciones, pero han participado sin que Irán haya suspendido su programa y nosotros vemos en esto algo positivo», dijo Ahmadineyad.
El pasado abril el presidente iraní anunció que su país había comenzado la instalación de 6.000 nuevas centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio.
Irán poseía por aquel entonces 3.000 centrifugadoras en la central de Natanz, situada en el centro del país.
Mientras los países del Grupo 5%2B1 (EEUU, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China, más Alemania) insisten en que Irán abandone el enriquecimiento de uranio al sospechar que tiene fines militares, Teherán se niega a suspender sus actividades atómicas y asegura que son civiles y «legítimas».