Por tal razón,recomendó evaluar a las autoridades que permitieron la salida y autorizaron el aterrizaje del avión de TACA que ocasionó el accidente.
De acuerdo al contenido de la investigación preliminar, los informes meteorológicos disponibles, los de rutina y los especiales por la alerta de la Tormenta Tropical Alma, revelan que desde las 06:00 horas de ese día y aún después de ocurrido el accidente del vuelo 390, las condiciones para los vuelos instrumentales para aviones de la categoría C y D estaban por debajo de los estándares mínimos operacionales.
Según el defensor de los derechos humanos, esta información fue conocida de inmediato, en todos los aeropuertos y por todos los pilotos planeando operaciones de y hacia Toncontín, de modo que “el vuelo 390 pudo no haber despegado de San Salvador, mejor dicho según la mayoría de expertos nunca debió despegar mientras las condiciones no cambiaran en su punto de destino”.
En un comunicado, señaló que dadas las declaraciones del gobierno hondureño en cuanto al respeto por el derecho a la vida, es bueno exigirle que considere y evalúe las calificaciones profesionales y técnicas de las personas investidas de autoridad que tomaron la decisión de permitir la salida de un vuelo y de autorizar su aterrizaje en las condiciones descritas, porque la prevención de accidentes en estas pistas no depende solamente del número de pasajeros que pueda transportar una nave, sino que también de otras consideraciones que los expertos podrían aclararle.
El CONADEH también declara que considera que este asunto es de carácter técnico, humano, y también político en cuanto tiene que ver con el interés público y el bien común, y, en particular, con el derecho a la vida y a la seguridad de las personas y de su patrimonio.
Dijo que los informes preliminares sobre el accidente revelan que:
1.- El techo de nubes sobre la pista de Toncontín durante toda la mañana del día del accidente fue tan sólo de 2000 pies, en lugar del mínimo permitido de 2323 pies, equivalente a 5620 pies sobre el nivel del mar.
2.- Habiendo despegado el vuelo 390 de San Salvador ese día, el Centro de Control de Vuelo y la Torre de Control mantuvieron informado al capitán de la nave de las condiciones meteorológicas prevalecientes en Toncontín.
3.- En la comunicación con el piloto previa al aterrizaje la Torre de Control le hizo saber que la pista estaba mojada por la lluvia, y que los vientos soplaban del sur al norte con una velocidad 10 nudos (más de 18 kilómetros por hora), sugiriéndole en repetidas ocasiones que aterrizara de norte a sur en la pista 20. No obstante el piloto decidió aterrizar de sur a norte, después de un primer intento fallido de aterrizaje en la otra pista, teniendo una visibilidad de tan sólo dos (2) kilómetros, en lugar de los cinco (5) kilómetros, que es la visibilidad mínima para vuelos de naves C y D.
4.- Otros detalles del aterrizaje se conocerán al final de la investigación por la comisión de técnicos, en cuyo desempeño no debe haber interferencias indebidas.