«Sonia por momentos recobra el conocimiento, pero aún no ha podido hablar», dijo Robbins.
La hondureña, que cuenta con una residencia legal en Estados Unidos obtenida a través del Estatus de Protección Temporal (TPS), puede ser enviada de regreso a su país por el Centro Médico y Hospital San José, ya que el nosocomio asegura que no puede proporcionar el cuidado médico a largo plazo que la centroamericana necesita.
El abogado dijo que, por el momento, con la ayuda de donantes, la familia ha logrado recaudar los 20.000 dólares que solicitó un juez en el condado Maricopa como garantía la semana pasada para evitar que Iscoa, de 37 años, fuera enviada a Honduras.
La familia tenía programada una segunda presentación en corte el viernes para determinar la legalidad del traslado de la inmigrante, pero la audiencia ha sido pospuesta para el próximo 23 de mayo.
«El hospital no puede hacer lo que el Gobierno de los Estados Unidos, no puede hacer, ‘deportarla'», aseguró Robbins.
El abogado indicó que actualmente se encuentran trabajando con representantes del hospital San José para tratar de alcanzar un acuerdo.
Iscoa entró en coma después de sufrir complicaciones médicas al dar a luz de forma prematura a su sexto hijo. La inmigrante hondureña tiene 17 años viviendo en EE.UU. y su TPS vence en el 2009.