Brasilia – La industria de Brasil, que atraviesa su peor crisis en cinco años, tendrá más dificultades en 2015 por el plan de ajuste fiscal anunciado por la presidenta Dilma Rousseff, afirmaron hoy dirigentes de la patronal del sector.
El plan de austeridad «solo viene a agravar la situación del sector industrial en un primer momento», afirmó el gerente de estudios económicos de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Flávio Castelo Branco, en una rueda de prensa para presentar el balance del sector en 2014 y sus perspectivas para este año.
La CNI espera que la industria inicie la recuperación en el segundo semestre de este año si el Gobierno acompaña su plan de austeridad de «medidas de estímulo a la productividad», según Castelo Branco.
El representante de la patronal valoró que el plan de ajuste del Gobierno era «necesario» para corregir «equívocos anteriores» y para recuperar la «confianza» en la economía, lo que, según él, traerá beneficios futuros al sector.
No obstante, demandó que las medidas de ajuste se centren en el corte de gastos del Estado y no en el aumento de la tributación, lo que puede significar «un atraso en la recuperación de la demanda privada, que será el motor del crecimiento futuro».
En las primeras medidas de su segundo mandato, Rousseff ha anunciado subidas de impuestos y cortes de gastos, mientras que los bancos públicos han elevado las tasas de interés tanto de sus líneas de crédito personales como las destinadas a la inversión.
El balance de la CNI mostró que la facturación de la industria tuvo en 2014 el peor resultado en cinco años, un descenso del 1,8 %, y también se registraron indicadores negativos en la inversión, las horas trabajadas y la productividad.
La producción industrial se redujo en un 3,2 % en 2014, su peor resultado anual desde 2009, según un informe oficial presentado hoy por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Según Castelo Branco, el empeoramiento de los indicadores industriales «refleja la gran dificultad que las empresas están teniendo en la competencia con los importados, con una demanda interna más débil y con un consumo que ya no muestra el vigor de antes».