2022 se convirtió en el año en que más entidades colombianas participaron en la implementación del Modelo de Madurez de Ciudades y Territorios Inteligentes con un total de 42 participantes, de los cuales 33 lo hicieron por primera vez.
El Modelo es un protocolo o una herramienta que se implementó por primera vez en Colombia en 2019 y que permite identificar el nivel de avance de una ciudad o un territorio hacia la meta de convertirse inteligente.
¿Cómo funciona el índice de Ciudades Inteligentes?
Los resultados de la implementación del Modelo de Madurez de Ciudades y Territorios Inteligentes se traducen en un informe denominado Índice de Ciudades y Territorios Inteligentes. Recientemente, Colombia presentó estos resultados para el período 2022.
Antes de detallar algunos de los resultados que evidencia el informe, es importante señalar que tanto el Modelo como el Índice pueden variar en su aplicación, formulación, presentación y variables a medir de un país a otro, pues es probable que haya diferencias en las formas en que se miden el progreso y el desempeño, con base en las particularidades de cada territorio.
Tal y como detalla el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia, “resulta ser una herramienta muy útil en materia de ciudades y territorios inteligentes, ya que al tener en cuenta el contexto local particulariza la situación de cada ciudad y, por ende, establece una hoja de ruta diferenciada. Así mismo, dado que estas iniciativas se planifican a mediano y largo plazo, se requiere de la generación de indicadores específicos que permitan orientarlas de forma acertada”[1].
No obstante, el objetivo común de esta herramienta es proporcionar una evaluación objetiva y comparativa de la capacidad que tiene una ciudad para implementar y utilizar tecnologías de la información y la comunicación en pro del mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes y maximizar la eficiencia en la gestión urbana.
Para MinTIC Colombia “una ciudad o territorio es inteligente en la medida que orienta sus acciones hacia la sostenibilidad y la inclusión, y se conecta y se adapta a los retos y expectativas de las personas que lo habitan para garantizar el bienestar común. Además, genera un entorno de colaboración, innovación y comunicación permanente con todos los actores e instituciones que lo componen, y donde las tecnologías sirven como herramientas que apalancan la transformación social, económica y ambiental”[2].
¿Qué se elementos se miden para saber si Colombia está en el camino correcto?
El índice de Ciudades Inteligentes es aplicado a una lista variada de países. Singapur, Corea del Sur, Alemania, Reino Unido, Japón, Estados Unidos, España, Países Bajos, Suiza, son solo algunos de los países que han utilizado o están implementando actualmente el modelo y el índice.
En Colombia, particularmente, el Modelo es útil para que las alcaldías y las gobernaciones establezcan una línea base diferenciada, en consonancia con la realidad de cada región y de su colectivo, en seis dimensiones de ciudad[3].
- Calidad de vida: relacionada con la forma de vida que tienen los habitantes del territorio e incluye subdimensiones como el ocio, el bienestar, la seguridad ciudadana y la salud.
- Desarrollo económico: relacionada con la posibilidad de generar ganancias económicas en el territorio e incluye subdimensiones como el emprendimiento e innovación, el entorno productivo y competitivo, el empleo, la transformación digital y la economía circular.
- Gobernanza: dimensión relacionada con la forma de gobernanza del territorio e incluye subdimensiones como el gobierno abierto, los ejercicios de colaboración, la participación ciudadana, la gobernanza multinivel y el gobierno digital.
- Hábitat: tiene que ver con el entorno en el que los ciudadanos viven e incluye subdimensiones como la movilidad inteligente, las infraestructuras inteligentes, los servicios públicos y la gestión del espacio público.
- Medio ambiente: aborda el impacto ambiental que genera el territorio e incluye subdimensiones como la gestión de recursos, la calidad ambiental, la gestión del riesgo, la gestión de residuos y el cambio climático.
- Personas: dimensión relacionada con la interacción personal entre los ciudadanos e incluye subdimensiones como la educación, la equidad, sociedad incluyente, la cultura ciudadana y la cohesión social.
Tal y como detalla MinTIC en su último informe, “las entidades que lo han implementado en versiones anteriores pueden evidenciar ya los avances obtenidos, tras determinar en cuáles dimensiones deben trabajar más para consolidar la transformación digital de su territorio”[4].
Además de las seis dimensiones que se someten a evaluación, el Modelo en Colombia contempla cinco ejes habilitadores: institucionalidad e innovación, infraestructura e interoperabilidad, liderazgo y capital humano, tecnología y estándares, y analítica y gestión de datos.
¿Qué novedades tiene el Índice 2022 para Colombia?
Según el informe Índice de Ciudades y Territorios Inteligentes 2022, los territorios mejor posicionados fueron Medellín, Antioquia, en el primer lugar, con un índice de madurez de 4 sobre 5 y un índice de capacidades de 4,52. En la segunda posición se encuentra Ibagué, Tolima, con un índice de madurez de 3,77 y un índice de capacidades de 4,37.
En las posiciones siguientes se encuentran Bucaramanga, Sopó (Cundinamarca) y Santiago de Cali. Un total de 42 entes territoriales implementaron el Modelo el año anterior y se espera la integración de otras ciudades para 2023.
Otras posturas
Es indispensable dejar claridades sobre algunos desafíos y posturas que existen al respecto de la aplicación de este modelo y la medición mediante el Índice de Ciudades y Territorios Inteligentes; se trata de miradas críticas provenientes de especialistas en urbanismo, académicos, grupos de defensa de derechos humanos, entre otra gama variada de fuentes.
Algunos de los principales cuestionamientos están relacionados con que el Índice tiene un enfoque excesivamente tecnológico, pues se concentra demasiado en la penetración y el uso de la tecnología y, en ocasiones, se deja de lado la dimensión humana y la calidad de vida de las personas.
Otras miradas señalan que el Índice no toma en cuenta la brecha digital y la exclusión social, lo que puede llevar a que una ciudad sea “inteligente”, pero desigual. Esta misma crítica, pero en el contexto macro, se puede evidenciar en que este modelo suele favorecer a las ciudades más grandes y con mejores cifras de desarrollo, generando algún tipo de exclusión frente a ciudades o territorios con menos condiciones de calidad de vida.
En conclusión, cada vez más ciudades y territorios colombianos se integran al Modelo de Madurez de Ciudades y Territorios Inteligentes. Se prevé que para 2023 más entes territoriales se sumen a esta iniciativa, sobre todo aquellos que entre sus planes de desarrollo han destinado algunas metas enfocadas a convertirse en ciudades inteligentes. No obstante, tanto el Modelo como el Índice tienen desafíos que sortear en términos de inclusión, disminución de brechas entre territorios y universalización de criterios, para disminuir dichas brechas. Aún así, el Gobierno colombiano ratifica que la aplicación del modelo ha contribuido a mejorar las condiciones de vida de aquellas ciudades que lo vienen implementando.