«Nosotros nos fijamos en lo que hacen los gobernantes, si son buenos, no los quemamos, pero si son malos lo hacemos como una manifestación de protesta para que mejoren», dijo Otoniel Martínez, mientras le daba, con otros compañeros de trabajo en una tapicería, los últimos retoques a un monigote representando a Lobo.
Otras dos figuras, el de un gorila representando «a funcionarios del gobierno y empresarios corruptos de cuello blanco», y el de «Juan Pueblo», al pueblo hondureño, también serán quemados en el sector de Germania, en el extremo sur de la capital.
Del fuego no escapará una cabeza grande a imagen del presidente del Parlamento hondureño, Juan Orlando Hernández, de quien Otoniel subrayó que tampoco ha hecho una buena labor en el poder legislativo.
«Los funcionarios y empresarios corruptos son los malos de la película porque le hacen mucho daño al pueblo», agregó.
El monigote que representa al pueblo hondureño luce flaco, su abdomen inflamado de parásitos, con una pobre vestimenta, botas de hule y un deprimente sombrero.
Según explicó su creador, «Juan Pueblo será quemado por andar de aguantador de malos gobiernos y tal vez el próximo año -que será de elecciones generales- aprende a votar, no fijándose en rostros, sino en buenas propuestas».
En otro extremo, siempre en el sector de Germania, Orlando Martínez elaboró un monigote representando al ex ministro de Finanzas Héctor Guillén, con un maletín conteniendo un millón de lempiras (50,000 dólares).
El monigote recuerda a la esposa del ex ministro, Dinora de Guillén, quien el 31 de julio pasado fue detenida por la Policía en las afueras de la capital, con su chófer, que les incautó 1.2 millones de lempiras en efectivo que llevaban en un poderoso vehículo de lujo.
El ex ministro no supo aclarar entonces la procedencia del dinero y el caso de su esposa fue destacado en medios locales de prensa como uno más de corrupción, flagelo con profundas raíces en Honduras.
El monigote no fue ignorado por Héctor Guillén, quien en un viaje al sur de Honduras se detuvo en Germania para hacerse una foto con él, según indicó Orlando.
«Por aquí paso «Tito» (Héctor) Guillén, se hizo una foto con el monigote, pero no habló con nadie, solamente se quedo sonriendo», añadió Martínez, quien también elaboró otra imagen representando a una comunicadora social de un canal de televisión conocida como «La Chiringos» (personaje popular).
Orlando recordó que en otros años ha hecho monigotes del mismo presidente Lobo y ex gobernantes como Manuel Zelaya, derrocado el 28 de junio de 2009, y de su sucesor, el de facto Roberto Micheletti.
Durante muchos años la tradición era quemar monigotes rellenos de cohetes y petardos, representando el año viejo, pero en las últimas dos décadas en varias ciudades del país se han venido elaborando imágenes a semejanza de otros personajes, en su mayoría políticos, comenzando por el gobernante de turno.
Este año, al menos en Tegucigalpa, la quema de los monigotes no será explosiva, por decisión municipal, a raíz del hallazgo, en otro punto de la ciudad, de uno que además de cohetes y petardos tenía proyectiles de armas de fuego automáticas, lo que representaba un grave peligro, indicó una fuente de la Alcaldía capitalina.
