Tegucigalpa – El párroco de la Iglesia Catedral de Tegucigalpa, Juan Carlos Martínez, en la homilía de este domingo, reflexionó sobre la parábola del ciego Bartimeo y pidió a la feligresía abandonar la “máscara” y presentarse “cual somos” ante Jesús.
“Abandona la máscara tras la que esconde su verdad y se presenta ante Jesús tal como es, así también necesitamos presentarnos nosotros hoy ante Jesús tal como somos, tal como estamos”,
Acto seguido y siguiendo el ejemplo de la lectura del evangelio del día cuestionó ¿qué manto debemos dejar? Para ir al encuentro con Jesús.
¿Podemos liberarnos de una vida instalada en la superioridad? preguntó al tiempo que razonó que Dios puede colmar los deseos más profundos del corazón.
“Debemos cuidar en nosotros el deseo de vivir plenamente y con el sentido que Dios espera de nuestro camino”, reflexionó.
“Bartimeo es el modelo de todos los que deseamos ser discípulos de Jesús y que quisiéramos ser libres de nuestra ceguera para seguirle por el camino que lleva a una vida plena”, continuó.
Finalmente instó a la oración y discernir la llamada de Dios que habla directamente al corazón.
“Jesús Luz del Mundo vence la oscuridad que nos envuelve, disipa una vez más la noche en que vivimos, ven a alumbrar nuestras tinieblas”, cerró.
A continuación, Proceso Digital le ofrece la lectura del día:

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,46-52)
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.» Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: « ¿Qué quieres que haga por ti?»
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado.» Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.