Danlí (Honduras) – La empresaria hondureña Maya Selva ha recordado los 30 años de haber vendido su primera caja de tabaco en Francia con la inauguración, al este de su país, de un moderno edificio en el que artesanos, hombres y mujeres, elaboran sus famosos puros que se han abierto mercado en más de 30 naciones.
«Hemos logrado comercializar nuestro producto, nuestra marca de tabaco, muy bien, en más de 30 países», dijo Selva a EFE en entrevista en la ciudad de Danlí, departamento de El Paraíso, fronterizo con Nicaragua, donde recién inauguró su nueva planta.
Selva evocó su primer local, en el viejo Barrio Abajo de Danlí, y la idea que tuvo siempre de lograr «un cascarón pensado como fábrica de tabaco», con todos los procesos que lleva la hoja y en «todos los pares de manos de los artesanos que lo hacen realidad».
«Aquí estamos desde enero del año pasado, y cuando desapareció el olor a cemento y apareció el olor a tabaco, hemos inaugurado esta fábrica aquí en Danlí», indicó Selva, quien está ligada a otra empresa a la que le compra las hojas del tabaco de alta calidad para sus puros.
Selva lleva tres décadas abriéndose paso en el competitivo mercado de los puros, explicando a quienes aprecian las hojas de tabaco torcidas que «nacen en un valle, en una tierra que es única», en alusión al Valle de Jamastrán, cercano a Danlí.
«La tierra de Colombia, México, Francia y de Italia no es la misma que la que tenemos aquí, entonces, estamos hablando del resultado mágico entre clima, tierra y hombres y mujeres, que es lo que permite hacer un puro único con sus propias características», indicó la empresaria mientras mostraba a EFE el interior de su nuevo edificio en plena producción.
Alrededor de 100 personas trabajan en la elaboración de los puros de Maya Selva, quien en el proceso de crecimiento de su empresa espera elevar el número de empleados a 300.
Fumadores muy leales en 30 años
La empresaria indicó además que el tabaco ocupa el octavo lugar en las exportaciones de Honduras.
Desde hace 30 años, Maya Selva Cigars (MSC), nombre de su empresa, produce puros de las marcas Flor de Selva, Cumpay y Villa Zamorano, que se exportan a países de Europa y Asia, principalmente.
De sus clientes, Selva dijo que puede «asegurar que tenemos un grupo de fumadores muy leales en 30 años y en lugares muy prestigiosos del planeta».
En 30 años, MSC ha recibido múltiples reconocimientos internacionales, entre los que figuran el Lifetime Achievement Award en Dortmund, Alemania, que le otorgó en septiembre de 2024 Cigar Journal.
Maya Selva también ha sido calificada como «una de las mujeres más poderosas de Centroamérica» por la Revista Forbes, que además ha señalado que es «una de las mujeres más influyentes de Honduras, pues ha alcanzado el éxito en un ambiente dominado por hombres».
La empresaria resaltó que todo el esfuerzo de su producción, comenzando con el cultivo, la elaboración, el empaque, las cajas, los anillos y cada parte del proceso hasta llegar al puro terminado, es hecho por manos hondureñas.
Para Maya Selva, que tiene entre sus competidores a productores de Cuba y Nicaragua, el valor artesanal de un puro comienza con el cultivo del tabaco y la selección de hojas de más alta calidad, seguido de la cosecha, el curado y la fermentación, que son fundamentales para lograr un sabor y aroma específico.
«Sin embargo, el momento cúspide en que el arte de un puro de alta gama cobra sentido, es el maridaje de la liga: la selección precisa en la mezcla de hojas de tabaco que busca el equilibrio perfecto para lograr la esencia y degustación de una obra magistral», dijo la empresaria en la inauguración de su nuevo edificio.
Señaló además que un puro termina con el arte del torceado o enrollado, proceso en el que las habilidades de los artesanos se manifiestan «desde la selección de hojas impecables que aseguren que la mezcla final tenga una consistencia inmejorable, el delicado balance que lleve al consumidor final a una experiencia sublime».
La empresaria recordó además que el tabaco es una semilla que proviene de Los Andes, que fue subiendo al norte de América con una historia que se remonta a 1,500 años, y que el placer de degustar un excelente puro «es suplemento de alma que queda». EFE