El estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Honduras en 2011 fue del 0,705 en 2009.
Añade que, aunque en crecimiento promedio anual durante el período 1990-2011 Honduras se ubica en la quinta posición de 24 países de América Latina, «continúa ocupando las últimas posiciones de la región, solamente superando a Nicaragua, Guatemala y Haití».
El informe, que fue presentado en un hotel de Tegucigalpa con la participación de diversos sectores sociales y funcionarios del Gobierno que preside Porfirio Lobo, entre otros invitados, destaca la inequidad económica, social, política y acceso a la justicia que afecta a muchos hondureños, en mayor grado a los pobres.
«Al dividir a la población en 10 grupos o deciles de igual número de personas según su nivel de ingreso, se puede observar que las inequidades en la concentración del ingreso son abismales», subraya el documento.
Según el estudio, bajo el lema «Reducir la inequidad: un desafío impostergable», mientras las personas del primer decil (menores ingresos) perciben el 0.7% del ingreso nacional, las personas del décimo decil (mayores ingresos) perciben el 40.6% del ingreso nacional.
«El 10% más rico de la población tiene un ingreso equivalente al que perciben el 80% de la población perteneciente a los deciles 1 al 8», indica el mismo informe.
Añade que los sectores de menores ingresos enfrentan una aguda falta de acceso a la educación secundaria y superior.
El IDH de Honduras señala que en 2001 se registraron visibles inequidades entre los rendimientos escolares del área urbana y rural en las asignaturas de español y matemática.
Otras inequidades se registran entre los estudiantes que acuden a escuelas privadas y públicas.
En materia de salud revela que al analizar padecimientos como la desnutrición infantil crónica, «el global muestra que existe una brecha entre niveles socioeconómicos y educativos».
Los niños y niñas pertenecientes a familias con madres sin escolaridad están en condiciones de vida más bajos que las que tienen una educación superior y están en un nivel socioeconómico más alto, destaca el capítulo relacionado con la inequidad sanitaria.
En lo que respecta a la justicia, «la percepción de impunidad y la desconfianza en la eficacia de los órganos de justicia estatal, está haciendo que un significativo porcentaje de la población acepte como legítima la idea de tomar la justicia por la propia mano», resalta el estudio.
La designada presidencial (vicepresidenta) hondureña, María Antonieta Guillén, reconoció que en el país hay mucha inequidad y abogó por un esfuerzo colectivo entre las autoridades gubernamentales y la sociedad para hacer frente a tanta desigualdad en Honduras.
El informe, presentado por el representante del PNUD en Honduras, José Manuel Hermida, y el sociólogo hondureño Mario Posas, también recoge una serie de recomendaciones en las áreas donde es más visible la inequidad.
Entre las recomendaciones figuran la generación de empleo de calidad y formación de capacidades demandadas por el mercado laboral; acceso equitativo a la tierra y al crédito; políticas educativas compensatorias y de acción afirmativa; mejor cobertura de salud y acceso a la justicia equitativa.