Tegucigalpa – Con el objetivo de fortalecer a los municipios costeros de Marcovia en el Golfo de Fonseca y La Ceiba en el Caribe de Honduras ante posibles tsunamis, a fin de establecer un marco de actuación que sirva como guía básica para que estas comunidades tengan una preparación y respuesta adecuada, así como una atención oportuna que facilite la toma de decisiones e induzca un proceso gradual y ordenado de recuperación en el menor tiempo posible; inició este lunes en las instalaciones de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), el curso regional piloto “Preparación Básica Frente a Tsunamis.
El proyecto piloto se llevará a cabo en Honduras en 2015-2016 y conlleva una serie de talleres para elaborar planes, mapas y procedimientos de evacuación en caso de tsunami, basados en ciencia y las necesidades de la comunidad; se aplicarán herramientas y metodologías normalizadas a escala mundial.
Durante el primer entrenamiento se cubrirá la modelización de tsunamis para la confección de mapas de inundación, placas tectónicas, ciencia de tsunami, cuadrículas de batimetría y topografía, parámetros de fuentes sísmicas, metodología de pronósticos, modelaje de tsunamis, asesoramiento de amenazas y el uso del modelo ComMIT/MOST (programa informático de elaboración de modelos numéricos de tsunamis).
Según Charles McCreery, Director del Pacific Tsunami Warning Center (PTWC), la capacitación busca la prevención a través de actividades y ejercicios de educación, así como la precisión de acciones a seguir para salvaguardar las vidas y que las instituciones locales correspondientes estén preparadas ante este tipo de evento.
En el taller participarán, además de técnicos de Copeco, científicos y funcionarios de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y México.
Dentro del grupo de formadores se encuentran expertos del Centro Internacional de Información de Tsunamis (ITIC), National Oceanographic Atmospheric Administration (NOAA), el laboratorio ambiental Pacific Marina (PMEL), el programa de Advertencia de Tsunami de Caribe (CTWP) y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO.
El proyecto es financiado por la Agencia de Estados Unidos para Desarrollo Internacional, a través de su oficina de Asistencia para Desastres en el Extranjero (OFDA/USAID) y la NOAA, bajo la coordinación de Copeco.