Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – El déficit de la balanza comercial en Honduras sigue siendo una de las principales preocupaciones económicas del país, debido a que la diferencia entre las importaciones y exportaciones sigue ampliándose cada vez más y con ello presiona más la brecha cambiaria entre el lempira y el dólar estadounidense.
– Promoción, energía, producción y tecnología sectores claves para mejorar la balanza comercial en Honduras.
– Gobiernos deben implementar planes continuos de competitividad.
Este fenómeno afecta directamente el crecimiento económico y la estabilidad financiera y cambiaria del país. Según expertos consultados, son varios los factores que contribuyen a este desequilibrio, que persiste pese a que ha habido algunas intenciones de mejora.
Uno de los principales elementos que agravan el déficit es la elevada dependencia de importaciones de bienes de consumo, insumos industriales y derivados del petróleo lo que incrementa su gasto en divisas. Además, las importaciones de productos manufacturados y alimentos procesados superan a las exportaciones de bienes primarios, como el café y el plátano.
El déficit de Honduras en su comercio exterior de bienes aumentó un 14.7% en los primeros siete meses de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, alcanzando los 4,683.3 millones de dólares, según datos del Banco Central de Honduras (BCH).
Según el informe, las exportaciones hondureñas disminuyeron un 4.4% hasta julio, en comparación con el mismo lapso de 2023, ubicándose en 6,721 millones de dólares, debido a la baja en ventas externas de café, aceite crudo de palma y bananos, así como productos de la industria maquiladora textil.
En cuanto a las importaciones éstas aumentaron un 2.6%, hasta 11,404.2 millones de dólares, por el crecimiento de 2.3% en la adquisición de mercancías generales, principalmente equipo de transporte, alimentos, bebidas y combustibles, así como insumos para la maquila.
El director ejecutivo del Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH), Mauricio Díaz Burdett, advirtió sobre la preocupante situación económica del país, señalando que hay un «decaimiento» del Producto Interno Bruto (PIB) y un estancamiento que podría anticiparse.
Díaz Burdett destacó que, aunque las exportaciones hondureñas siempre han sido bajas, este año han experimentado una caída significativa, indicando que mientras las importaciones se mantienen prácticamente igual, las exportaciones han disminuido considerablemente, lo que agrava el desbalance comercial del país.
Un grave problema estructural
Estructuralmente, Honduras siempre ha enfrentado un déficit comercial, tanto en bienes como en servicios, y que esta situación crónica se ha venido agravando en los últimos años, según el economista Martín Barahona, quien añadió que actualmente, el país importa hasta tres veces más de lo que exporta, lo que lo hace extremadamente vulnerable y lo obliga a endeudarse.
Para el economista Julio Raudales, el principal problema es que “Honduras ha perdido competitividad, y eso no se recuperará de la noche a la mañana”.
Explicó a Proceso Digital que la pérdida de competitividad del país que se ha agudizado en los últimos años es una de las causas principales del creciente déficit en la balanza comercial.
Raudales afirmó que la declinación en la gobernanza del país es uno de los factores que ha limitado las exportaciones. Además, mencionó el impacto del cierre de mercados, como el de Taiwán, y las secuelas de la pandemia. Además, «en los últimos dos o tres años, el tipo de cambio no ha respondido a los retos que el país enfrenta», explicó, sugiriendo que el gradual deslizamiento de la moneda es solo una solución temporal que no es sostenible.
El economista subrayó que mejorar la competitividad del país no es una tarea que se resolverá en el corto plazo: «No es un proceso ni siquiera de cinco años», sino que puede llevar incluso décadas, aclaró. Según Raudales, para que Honduras vuelva a ser más competitiva, se deben hacer cambios estructurales profundos en áreas clave como la educación, la salud y la infraestructura. «El producto potencial del país solo mejorará con mucho trabajo y esfuerzo, algo que, lamentablemente, no hemos logrado en lo que va del siglo.
La clave está en potenciar sectores como la economía del conocimiento, ya que Honduras no cuenta con recursos naturales que puedan explotarse de manera sostenida, agregó.
Agregó que no hay optimismo para mejoras porque ha habido intentos con algunas iniciativas viables que se dieron particularmente después del huracán Mitch, pero debido a malas políticas y métodos cortoplacistas de los gobiernos no han funcionado.
Finalmente, insistió en que la única manera de que Honduras recupere su competitividad es montando las bases para un cambio estructural que permita a los jóvenes ser más productivos y generar bienes y servicios que sean atractivos en el mercado internacional. Sin embargo, advirtió que quien crea que esto sucederá rápidamente «está equivocado», ya que se trata de un desafío de largo plazo que requiere un esfuerzo sostenido.
Apoyo a sectores productivos clave
para incrementar exportaciones
El principal problema del país en el caso del déficit de la balanza comercial es porque se importan muchos productos que podrían producirse en el país y hasta aumentar las exportaciones.
El productor de granos Gustavo Flores, dio a conocer que el país está invirtiendo más en importar productos que en producirlos localmente. Según Flores, actualmente se importan mensualmente alrededor de 4 millones de dólares sólo en vegetales como zanahoria, brócoli y coliflor de países de la región como Guatemala y Costa Rica. Además, resaltó que el cultivo de cebolla solo cubre seis meses del año, obligando a importar el resto de la demanda.
“La situación del agro en el país es crítica, hay un abandono sistemático por parte de las autoridades. Hoy en día, la agricultura se ha convertido en una actividad de alto riesgo y alta inversión, pero con pocos incentivos”, expresó Flores. Advirtió que la dependencia de importaciones está provocando la pérdida de divisas que podrían ser generadas si se impulsará la producción local.
Flores expresó que los esfuerzos del gobierno para reactivar la agricultura, son muy pocos señalando que los mil millones de lempiras recientemente asignados a través del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (BANADESA) son insuficientes. “Esos mil millones, que equivalen a apenas 50 millones de dólares, no son suficientes para cubrir las necesidades del sector agrícola del país», explicó, añadiendo que se requiere un enfoque más integral y de largo plazo.
Entre las soluciones que propone el productor está la creación de sistemas de riego en los valles del país, los cuales están rodeados por ríos. “Estas acciones generarían cambios fundamentales en la economía de Honduras”, afirmó, señalando también la importancia de la transferencia de tecnología y de ofrecer préstamos con tasas de interés bajas para incentivar a los productores.
“Estas son situaciones que deben ser atendidas, no solo por la pérdida de divisas, sino también por la seguridad alimentaria del país”, concluyó.
CEPAL y BM advierten bajo crecimiento y desaprovechamiento de oportunidades en la región
Recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), expuso que América Latina ha iniciado el camino hacia una tercera década perdida en materia económica. Lo anterior según el organismo es debido al bajo crecimiento de la productividad y baja diversificación productiva, la baja inversión. Versión que comparten expertos en Honduras aunque no es un problema exclusivo del país.
Por su parte, el Banco Mundial destaca en el informe del Banco Mundial «Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento», publicado recientemente que América Latina y el Caribe crecerá 1,9 por ciento en 2024, superando ligeramente las anteriores estimaciones. En 2025 se prevé que la región crecerá un 2,6 por ciento. “Estas son las tasas más bajas entre todas las regiones del mundo, lo que pone de relieve los persistentes obstáculos estructurales”.
El informe destaca que la inversión pública y privada en la región siguen siendo bajas, y que los países no están aprovechando plenamente las oportunidades del nearshoring. En términos reales, la inversión extranjera directa (IED) está en niveles inferiores a los de hace 13 años, y los anuncios de nuevas inversiones favorecen a otras regiones.
El informe coincide con el análisis de expertos en el caso de Honduras en que, los altos costos del capital, los débiles sistemas educativos, la energía e infraestructura deficientes y la inestabilidad social reducen el atractivo de inversión y mayor producción para que puedan crecer las exportaciones que faciliten una mejora en la balanza comercial.
Expectativas de mejora no están descartadas
La experta en inversiones y de entorno y riesgo empresarial, y exdirectora del Consejo Nacional de Inversiones, Jackeline Foglia, señaló que, aunque el entorno de inversión en Honduras se mantiene «plano», con pocas variaciones respecto a años anteriores, Honduras tiene margen de mejora en varios sectores y en algunos años los índices podrían presentar variaciones favorables.
De momento «no se mira algo nuevo que posicione a Honduras en el mapa para que los inversionistas, que buscan dónde colocar su dinero, miren a nuestro país como primera opción», expresó Foglia. En su opinión, para cambiar esta situación, es fundamental crear nuevas iniciativas que fomenten la inversión y mejoren la colaboración entre el sector público y privado. “Debe haber mesas de diálogo y otros aspectos fundamentales para avanzar juntos”.
Uno de los puntos críticos que Foglia destacó en entrevista con Proceso Digital fue la derogación parcial de las alianzas público-privadas, lo cual, según ella, ha sido un obstáculo para el desarrollo de proyectos de gran envergadura. “Esto es algo que funciona muy bien, especialmente en países con mucha presión fiscal como el nuestro», afirmó, añadiendo que Honduras necesita inversiones importantes, especialmente en el sector energético, para mejorar el bienestar del país.
“El principal problema que tenemos es la falta de energía”, subrayó Foglia. Explicó que el crecimiento poblacional de Honduras ha generado una mayor demanda energética, y la falta de inversión en la transmisión y generación de energía ha afectado gravemente la competitividad de las industrias. “Cuando falta energía, los costos operacionales aumentan, y eso nos hace menos competitivos en comparación con otros países”, puntualizó.
Además del sector energético, Foglia mencionó la infraestructura como un factor clave para atraer inversiones, destacando la importancia de las telecomunicaciones y el acceso a tecnologías de banda ancha. “Muchos sectores no pueden despegar porque hay zonas del país con una comunicación digital muy deficiente”, señaló.
Otro aspecto importante es la gestión del agua, donde Foglia instó a aprovechar el potencial hidroeléctrico del país mediante la construcción de represas. “Necesitamos represas para contener agua tanto para usos productivos como para mitigar las inundaciones y la sequía en diferentes épocas del año”.
Finalmente, Foglia se mostró optimista respecto al futuro de la inversión en Honduras, destacando el papel de las nuevas generaciones. “Es grato ver a los jóvenes manejar bien la tecnología. Creo que, en unos años, cuando entren al segmento profesional, habrá un cambio positivo en nuestras industrias y nuestro gobierno”, y por ende habrá una mejora en ese déficit persistente en la balanza comercial, concluyó.
Potenciar sectores y adaptación al cambio climático
Por otro lado, se señala que la disminución en los ingresos por exportaciones debido a factores como las condiciones climáticas adversas, especialmente las sequías y tormentas que afectan cíclicamente los cultivos clave, ha debilitado la balanza comercial. Esto ha sido particularmente notable en el sector agrícola, donde las pérdidas por fenómenos naturales se reflejan en una baja productividad y una menor competitividad. Por lo que es preciso planes de adaptación al cambio climático.
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Aunque el optimismo es raquítico los expertos también apuntan que no se debe perder la esperanza de mejora y destacan que uno de los factores que podría revertir esta tendencia es el incremento en la inversión extranjera directa (IED), especialmente en sectores como las energías renovables y la maquila, que podrían estimular las exportaciones en el mediano plazo. Asimismo, la diversificación de la oferta exportable, mediante la incorporación de productos con mayor valor agregado y el desarrollo de sectores estratégicos como el turismo, también se perfilan como soluciones a largo plazo para reducir el déficit de la balanza comercial.
Por su parte, los gobiernos deben tener planes continuos para aumentar la productividad agrícola mediante incentivos a pequeños productores y programas de sostenibilidad agrícola para ayudar a mejorar el rendimiento de las exportaciones. No obstante, los analistas advierten que estos esfuerzos necesitarán estar acompañados de políticas de modernización tecnológica y mejora en la infraestructura logística del país para ser efectivos. LB