El individuo, identificado como Pedro Guzmán, de 48 años de edad, supuestamente robó más de 30.000 dólares en total a tres inmigrantes residentes en ese distrito neoyorquino.
El acusado había huido al estado de Michigan después de ver su foto en diversos medios de comunicación, que detallaron el supuesto abuso que había con los inmigrantes.
A una mujer que tenía a su hijo en prisión Guzmán le aseguró que contaba con contactos en la fiscalía de Queens y en el Departamento de Prisiones de Nueva York e incluso conocía algunos jueces.
El acusado se reunió con la madre, Karen Salazar, en marzo de 2003 y se ofreció a sacar a su hijo de prisión, aunque le explicó que eso tendría unos costes.
El hispano supuestamente aceptó un pago de 8.000 dólares de Salazar en julio de ese año y de 7.380 dólares un mes después, pero los contactos entre ambos fueron diluyéndose hasta que Guzmán ni siquiera devolvía las llamadas de Salazar.
En julio de 2007 el acusado conversó con un empresario de Queens, Luis Cepeda, quien le relató los problemas que tenía para conseguir un permiso para vender licores, y se ofreció a ayudarle.
Esta vez simuló ser un agente federal -incluso llegó a mostrarle una placa- y aseguró que por esa razón tenía «conexiones» que podrían acelerar el proceso.
El empresario supuestamente le pagó 9.500 dólares con ese fin y posteriormente le transfirió otros 3.400 dólares, según la Fiscalía.
Como ocurrió en el caso anterior, Guzmán dejó de acudir a las citas en las que supuestamente el acusado iba a presentarle a algunos de sus contactos y poco después también se cortó la comunicación telefónica entre ambos.
Linda Pereira y su madre, María Zevallos, a quienes Guzmán había conocido en el negocio de Cepeda, también han sido presuntamente víctimas del fraude urdido por el hispano, a las que se presentó como agente del Servicio de Inmigración y Aduanas de EE.UU.
Guzmán les aseguró que podía acelerar el proceso para que Zevallos obtuviera el permiso de residencia en este país y recibió un total de 2.320 dólares en agosto de 2007, para tramitar documentos y concertar una entrevista en español con las autoridades de inmigración.
Después de recibir el dinero, las mujeres fueron perdiendo contacto con su supuesto benefactor.
Guzmán fue arrestado a comienzos de mes en Wayne County (Michigan) y trasladado a Nueva York y el miércoles compareció ante un juez de distrito en Queens, que le impuso una fianza de 100.000 dólares para obtener la libertad provisional.
Richard Brown, fiscal de Queens, señaló hoy en un comunicado que Guzmán se aprovechó «sin escrúpulos» de individuos recién llegados a este país y que necesitaban ayuda.
Agregó que, de confirmarse las acusaciones, quedaría probado que Guzmán «sacó ventaja de la desesperación de sus víctimas para llenar sus bolsillos con dinero que habían ganado duramente y debe ser castigado con severidad».
En caso de ser hallado culpable de los delitos de robo y fraude de que se le acusa, Guzmán podría ser condenado a pasar hasta siete años en prisión.