Zúñiga asegura que son varios los hacendados que están siendo presionados por el narcotráfico para que les vendan sus tierras que tienen en la franja fronteriza con México.
Los narcotraficantes, en algunos casos, ofrecen un buen pago por las tierras, pero si los dueños se niegan a venderlas «los matan», dijo.
El empresario anunció que solicitará una audiencia al presidente de Guatemala, Álvaro Colom, para tratar el asunto.
La adquisición de las fincas, según expertos en narcotráfico, tiene tres objetivos: lavar dinero a través de la producción masiva, la construcción de almacenes y pistas clandestinas, y el refugio.
Según la publicación del diario, algunos de los hacendados han tenido que negociar con los narcotraficantes para no perder sus propiedades, y en vez de venderlas, se las dejan en usufructo o les ceden parte para que puedan ingresar con sus cargamentos de droga.
La estrategia ya era utilizada desde hace muchos años por narcotraficantes guatemaltecos sin que nadie los haya frenado, pero ahora se han unido los mexicanos y colombianos, sostiene.
El enfrentamiento armado que se registró hace ocho días en el departamento de Huehuetenango entre narcotraficantes y que dejó como saldo 17 muertos, se debió a la disputa de territorios, entre otras causas, según las investigaciones policiales.
En ese departamento, las fuerzas de seguridad localizaron, después de la matanza, un inmueble en plena montaña de la frontera con México, cercada por un muro, piscina, cancha de fútbol, cinco mesas de billar, y modernos sistemas de seguridad.
Los campesinos, refiere la publicación, son tentados u obligados a cultivar amapola (de donde se extrae el opio) en sus tierras para luego venderla a los grupos de narcotraficantes, como Los Zetas, el brazo armado del cártel del Golfo, si no quieren que las fincas les sean quitadas por la fuerza.
El mismo presidente de Guatemala ha reconocido que el narcotráfico tiene ocupado varios corredores y que llevará mucho tiempo recuperar los territorios en manos del crimen organizado.