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Golpeando a los niños, docentes salen en defensa de “Mel” Zelaya

Tegucigalpa – Mientras los hijos de los que ellos llaman las clases oligarcas hondureñas reciben una educación de relativa calidad y están en las aulas los 200 días que establece el calendario escolar, los hijos de los pobres, por los que dicen luchar los miembros de la “resistencia nacional”, se quedan sin el pan del saber porque sus maestros han decidido irse a las calles a exigir “el retorno al orden constitucional”.
 

  • Abandonarán las aulas este jueves para luchar por el “retorno constitucional”
  • Como siempre, los pobres pagarán los actos de la “resistencia”

“En efecto, el magisterio nacional estará este jueves acatando y cumpliendo con la convocatoria que nos ha hecho el Frente Nacional de Resistencia para otro día cívico, otro día de lucha y otro día que el pueblo hondureño continuará exigiendo el retorno al orden constitucional”, declaró a periodistas El presidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (COPEMH), Jaime Rodríguez.

“Esta marcha es en apoyo a la educación pública, en defensa a la educación pública, en defensa del magisterio nacional, mientras sectores de los políticos tradicionales en este país se encargan de organizar padres de familia como tropa de choque en contra del magisterio, el Frente Nacional de Resistencia está convocando a una movilización pacífica en apoyo a la educación pública y al magisterio”, agregó.

El anuncio tomó por sorpresa a las autoridades educativas del país, y llenó de indignación a los padres de familia que, debido a la grave crisis económica que afecta al país, no pueden matricular a sus hijos en el sistema privado de enseñanza, y su única opción es la escuela pública.

“Yo no entiendo a los maestros, como es que dicen que van a las calles para defender la escuela pública, la educación de los niños pobres, si a quienes afectan con sus acciones es a los niños pobres”, dijo a Proceso Digital Martha, una mujer de 35 años que se dedica a la venta de tortillas en las calles de varias colonias de clase media de la capital hondureña para sostener a sus cuatro hijos, tres de ellos en edad escolar.

“El día jueves todo el magisterio nacional estará en esta actividad del Bloque Nacional de Resistencia y es otra jornada más de enseñanza cívica de que este pueblo está defendiendo la democracia y que no queremos que nunca en este país se vuelva a repetir un golpe de Estado y que todos vamos por la Asamblea Nacional Constituyente; yo creo que también la formación cívica de todo el pueblo se debe dar en todos los espacios posibles”, dijo Rodríguez.

Como es costumbre, en ningún momento de su larga alocución el dirigente magisterial habló de la necesidad imperante de que a los niños y niñas de Honduras se les cumpla su derecho a la educación establecido en la Constitución de la República que ahora quieren desconocer, tal y como lo hizo el ahora ex presidente de Honduras Manuel Zelaya.

Los maestros, que hoy en día se han convertido en uno de los principales aliados del ex gobernante, desde el Frente de Resistencia, fueron a inicios de su gestión, uno de sus principales críticos.

La dirigencia magisterial y su gremio se mantuvieron en constante enfrentamiento por el incumplimiento de aquel Gobierno a las cláusulas salariales del estatuto del Docente.

En 2007, los maestros también se retiraron de las aulas en rechazo a una auditoría de puestos y salarios anunciada por el Tribunal Superior de Cuentas y el Ministerio de Educación, y para apoyar una serie de protestas convocadas por la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP), en demanda del cumplimiento de una amplia agenda social, que incluía la derogación de leyes de aguas, minería, forestal, modernización agrícola y telecomunicaciones, la emisión de nuevos instrumentos consensuados que garanticen un beneficio para las mayorías y una estrategia de redistribución de la riqueza, entre otras demandas.

En 2008, las huelgas por el reclamo de pago de salarios atrasados a maestros, que en su mayoría no estaban en las escalas presupuestarias del sistema oficial, se mantuvieron a la orden del día.

En ninguno de los dos años se cumplió con la meta de los 200 días de clases que establece el calendario escolar hondureño.

La situación se agudizó en 2009. El año comenzó con las protestas de los docentes por la misma causa: el no pago de salarios.

Para analistas locales, La baja calidad educativa es sin duda el talón de Aquiles del avance de sociedades de países en desarrollo, como se nombra ahora a los otrora conocidos como países tercermundistas, de los cuales Honduras no es la excepción.

Las mismas fuentes dijeron a Proceso Digital, que el proceso educativo en Honduras está marcado por muchos factores, entre los que desgraciadamente no resalta el de la calidad.

Indican que se debe reconocer que la millonaria inversión en el campo educativo ha dado sus resultados: Los índices de deserción, aprobación y reprobación se han visto reducidos en los últimos años.

La deserción pasó de un 3,38 por ciento en 2005 a 1,61 por ciento en 2007; el índice de aprobación se situó en un 93,24 por ciento en 2007, y el de reprobación pasó de 10,08 por ciento en 2005 a 5,07 por ciento en 2007.

Han mejorado también los índices de cobertura, principalmente en los niveles de pre básica y primaria, y se ha reducido el índice de analfabetismo.

Pero se está en deuda con el tema de la calidad.

Cifras de la misma secretaría de Educación hondureña revelan, para el caso, que los porcentajes de rendimientos escolares en clases básicas, como español y matemáticas, son bajos.

En el 2007, el porcentaje de rendimientos escolares para la clase de español fue de 44,77 por ciento, y el de matemática alcanzó el 46,67 por ciento, muy por debajo de la meta del 52 por ciento establecido por las autoridades educativas para ambas asignaturas.

Ya en el año 2003, El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señaló en el documento “La equidad en el sistema educativo en Honduras” que “los bajos niveles educativos, así como la poca calidad de la educación, han sido impedimentos críticos en el crecimiento económico de largo plazo, ya que han impedido la disponibilidad de una fuerza de trabajo calificada y flexible que contribuya al crecimiento económico deseado”.

El mismo documento establece que varios estudios han demostrado que la educación es una de las variables más importantes para explicar las desigualdades económicas y sociales en el mundo, y del papel progresivo que juega la educación en la reducción de las desigualdades sociales y el combate contra la pobreza.

Esas desigualdades no se superarán en Honduras, mientras se mantengan las actuales condiciones del sistema educativo, principalmente la aptitud del gremio magisterial en los últimos años.

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