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Futuro de prensa está en la transparencia, no en la objetividad, dice experto

Washington – La revolución de Internet y de las redes sociales va camino de eliminar la objetividad como valor clave en los medios de comunicación, que se rigen ahora por la transparencia: el afán por mostrar todas las caras de la historia, incluida la del periodista.
 

Así lo indicó hoy Alberto Ibargüen, presidente de la Fundación Knight -dedicada a la promoción del periodismo- en un panel dedicado al poder de las redes sociales dentro de una conferencia organizada por la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios (IWMF), que se celebra hasta el viernes en Washington.

«La web no sólo implica un cambio físico, también supone un cambio de valores. El periodismo clásico se basaba en la objetividad, que obligaba al periodista a estar oculto, nunca podía hablarse del yo», afirmó Ibargüen.

Hoy, en cambio, la multiplicación de perfiles de reporteros en las redes sociales está creando la figura del periodista «protagonista de la historia», añadió.

Cuando ese periodista informa en Internet sobre una conferencia de prensa con el presidente, por ejemplo, escribe «yo hice una pregunta al presidente» sobre un tema determinado, y no recurre al tradicional «un reportero de mi medio de comunicación».

Ese cambio, que Ibargüen considera positivo, requiere sin embargo un «cuidado excepcional» de los medios de comunicación para no confundir la transparencia con la opinión, señaló por su parte Matt Winkler, cofundador de la agencia Bloomberg.

«Todo periodista debe saber que cuando informa debe suprimir sus opiniones. Sólo porque ahora sea más fácil decir lo que queramos decir, no deberíamos deshacernos de las buenas prácticas», dijo.

Para Winkler, Internet ofrece características muy positivas, como «el aumento de la libertad de expresión hasta niveles nunca alcanzados, como se ha demostrado en las revueltas en Oriente Medio», pero al mismo tiempo entraña riesgos, como el de la desinformación.

«Por eso, cada vez más nos encontramos ante el reto de discernir qué merece la pena compartir y qué no, porque dudamos sobre su autenticidad», explicó.

Un ejemplo de actualidad, aseguró, es el del terremoto de Japón: «lo que todo el mundo quiere conocer, que es la magnitud del desastre», es «casi imposible de saber» dada la «mezcla de informaciones confusas e incluso contradictorias que llegan desde distintos estamentos del Gobierno».

Ante este reto, y la generalización de fenómenos como el del periodismo ciudadano, se hacen necesarias herramientas que regulen la autenticidad de lo publicado, opinó Winkler.

La propuesta de Ibargüen para esa tarea es hNews, un microformato para contenidos informativos pensado para verificar la autenticidad de las fuentes, que está financiado por la Fundación Knight y se encuentra en pruebas en medios.

«Mi gran preocupación es la rapidez a la que pueden moverse las imprecisiones en los medios hoy en día», indicó por su parte Howard G. Buffett, presidente de la fundación del mismo nombre, que promueve actividades humanitarias en África y Centroamérica.

La necesidad de garantizar la autenticidad no debe, sin embargo, acabar con variantes de periodismo como la que los ponentes bautizaron «reporterismo por una causa», que se desarrolla en «países que necesitan cambio de forma tan urgente que el periodismo debe ser parte de la transformación», afirmó Buffett.

Para Ibargüen, en las plataformas digitales debe haber espacio tanto para ese periodismo como para el de opinión o el puramente informativo, y su futuro estará «cada vez menos vinculado a la geografía».

La conferencia organizada por la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios (IWMF) reúne a 75 directivas de medios de comunicación de todo el mundo, entre ellas Lola Álvarez, directora general de la Agencia Efe, y Silvia Miro Quesada, del grupo peruano El Comercio.
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