Tegucigalpa – Como muchos jóvenes europeos confiados en su buen estado de salud y traicionados por la inexperiencia, la hondureña Vanessa Martínez de 28 años yace postrada en la cama de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
– La hondureña cumplirá 29 años el próximo 26 de agosto, encerrada en el hospital y lamentando lo irresponsable que fue al no usar mascarilla en medio de la pandemia.
– La OMS pidió responsabilidad a la juventud europea para frenar el coronavirus.
Su sobre confianza la llevó a no usar mascarilla y hoy lamenta esta actitud, “fui una irresponsable”, aceptó.
Luego de 69 días en la UCI sabe que aún le quedan meses encerrada en la clínica ya que su estado es grave luego que le practicaron una traqueotomía para salvar su vida.
“No era cuidadosa, andaba sin mascarilla. Era joven, ¿por qué me iba a infectar?”, relató al diario El País de España.
La Catracha salió de Honduras el en 2015 para trabajar en España. Su objetivo era recolectar dinero para el tratamiento de su hija de ocho años que padece síndrome de Down.
Inició a trabajar como personal de limpieza en la residencia de ancianos Orpea de Algete, una localidad al noreste de Madrid, luego pasó a formar parte del equipo de enfermeras auxiliares.
“Me dijeron que hacía falta, que aunque no tenía experiencia era fácil. Dije que sí a pesar del riesgo porque necesitaba trabajar, por mi hija”, relató.
El caso de la hondureña es uno de los más largos que ha reportado el hospital por el que han pasado 6 mil 511 casos de COVID, 2 mil 861 de ellos ingresados en agudos y 248 en sus camas de críticos.
“Llevan tres meses lavándome con esponjas, hasta hace poco ni siquiera podía ir al baño sola. Han estado poniéndome pañales… Pañales”, indicó la hondureña.
De su parte, Olga Arroyo, la jefa de servicio de Rehabilitación que engloba Fisioterapia, Terapia Ocupacional y Logopedia, explicó que “Vanessa tiene complicaciones neurológicas y neuropáticas, además de afectación en el sistema nervioso central, falta de equilibrio, de reflejos… Hay que reeducar todo ello, teniendo en cuenta el problema respiratorio, además”.
Asimismo destacó que los tiempos de recuperación para estos enfermos se alargan.
“La rehabilitación durará fácilmente unos ocho meses y a algunos les quedarán secuelas y no recuperarán el 100 %”, caviló Arroyo.
“Poco a poco, aunque yo ya tengo ganas de salir corriendo. Pero no, me tocará volver a la habitación”, arguye la hondureña luego de hacer pequeños esfuerzos por mantenerse erguida.
La irresponsabilidad con que actuó esta hondureña no es una actitud extraña en España y varios países europeos donde la población joven abusó de su confianza y se convirtieron en focos de contagio del COVID-19.
En ese sentido, expertos argumentan que el aumento de casos de coronavirus entre los más jóvenes podría estar detrás del repunte de la COVID-19 que experimentan varios países europeos.
«Un número cada vez mayor de países está experimentando brotes localizados y un aumento de los casos. Lo que sabemos es que es consecuencia de un cambio en el comportamiento humano», declaró el director regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Hans Kluge.
Kluge indicó que les están llegando «informaciones de varias autoridades sanitarias» que han detectado «una alta proporción de nuevas infecciones» entre los jóvenes.
