Tegucigalpa – La apuesta de Honduras a seguir a China en su proyecto estratégico de la Iniciativa de la Franja y Ruta de la seda, comprometida en la firma de un Memorándum de Entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés), representa un riesgo desde el ambiental, así como en términos de la deuda, ademas de la opacidad que caracteriza a los proyectos impulsados por Pekín.
Honduras se comprometió en la firma del MOU, por sus siglas en inglés, durante el marco de la visita de la presidenta Xiomara Castro a China en junio del 2023 a participar en la construcción de la Iniciativa de la Franja y Ruta, su principal proyecto de cara a su vinculación con las demás naciones, especialmente en África, Asia y Latinoamérica, así como algunas del Europa.
La principal apuesta china son los proyectos de infraestructura como ser la construcción de carreteras, puertos, aeropuertos, telecomunicaciones y energía, pero la condicionalidad es que todos sirvan para conectar con el gigante asiático o para impulsar el comercio bilateral. La mayoría de estos proyectos son de “doble uso” .
Pero tal actividad genera preocupación en Estados Unidos, que ve con recelo las actividades de Pekín en Latinoamérica, a quien considera un actor maligno, junto a Rusia, en esta zona, histórico patio trasero de Washington.
Y es que la Casa Blanca y el Pentágono han advertido de que China impulsa proyectos de infraestructura con doble uso, civil y militar, en Centroamérica.
De hecho en la revisión al gobierno de Xiomara Castro hecho por la subcomisión de Asuntos Hemisféricos de la Cámara de Representantes, se apuntó la preocupación de Washington con Tegucigalpa por su acercamiento a China.
En la misma se abordó la posible presencia de la firma china de telecomunicaciones Huawei en la base aérea de Palmerola, sede de la Fuerza de Tarea Bravo, un grupo militar estadounidense con presencia en dicha base.
La congresista norteamericana Sydney Kamlager, interrogó entonces al subsecretario de Estado Adjunto para Centroamérica, Eric Jacobstein, por la presidenta Castro con Jinping sobre telecomunicaciones y el acceso a Huawei, a lo que el funcionario señaló que conversan sobre ello con el gobierno hondureño.
«Sería muy preocupante si viéramos una presencia china de alguna manera en la base (…) se lo hemos dejado claro» a las autoridades hondureñas, contestó Jacobstein.
“En cuanto a Huawei y su precedente con nosotros en la base (aérea) Soto Cano (de Palmerola), eso es un asunto crítico y sería de mucha preocupación si nosotros viéramos presencia china de cualquier forma cerca de nuestra base ahí y eso es algo que muy públicamente se lo hacemos saber a Honduras”, insistió Jacobstein durante la audiencia.
Hondutel, la empresa estatal hondureña, suscribió un acuerdo con Huawei para la mejora de la empresa estatal, pero entre los convenios suscritos el 12 de junio del 2023 durante el viaje de Castro a China también se firmó un convenio de telecomunicaciones.
Opacidad y daño ambiental en Sudamérica
La experiencia de varios países de Sudamérica en cuanto a los proyectos financiados por China han sido negativos para sus pueblos, señalan diversos ambientalistas y dirigentes ciudadanos, además de la opacidad en que se desarrollan los mismos.
En Ecuador se ha denunciado que muchos de los proyectos han dañado la zona de la Amazonía del país, especialmente por los proyectos mineros, pero también apuntan a lo que llaman la trampa de la deuda.
Un artículo publicado por el centro de pensamiento Diálogo de las Américas apunta que Pekín envió 24 mil millones de dólares a Ecuador para financiar diversos proyectos de infraestructura.
Mientras diversos medios sudamericanos se hicieron eco del problema del proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, a cargo de la empresa china Sinohydro, y que tras su finalización presenta más de 6 mil fisuras.
Ecuador tiene años en batallas judiciales con la empresa china por los problemas generados por la represa, que además de los problemas de fisuras, también ha provocado lo que llaman la erosión regresiva del río Coca.
Los proyectos se impulsaron durante el mandato del expresidente Rafael Correa.
Mientras en Bolivia, diversas empresas como Sinohydro, China Railway, CAMC y otras tienen los grandes proyectos de infraestructura que ha impulsado el gobierno, especialmente durante el mandato del exmandatario Evo Morales y que ha continuado el actual Luis Arce.
Buena parte de los proyectos se desarrollan en la Amazonía boliviana, ya que ahí se encuentran los recursos naturales como petróleo, gas y minerales.
Mientras Venezuela es el país que más apostó por China y la mayoría de los proyectos de infraestructura y eléctricos se encuentran abandonados.
China ha realizado préstamos a Venezuela por 50 mil millones de dólares, muchos de ellos respaldados por las vastas reservas petroleras de la nación sudamericana.
Y la nota predominante en los negocios de los países con China está en la opacidad, ya que Pekín no es dado a que sus datos sean transparentados, aunque las poblaciones de los países latinoamericanos tengan que pagar la deuda adquirida. (PD).