El mes pasado, los médicos le implantaron a Cheney, de 69 años, una «bomba cardíaca» para mejorar el funcionamiento de su corazón.
«Está todavía ingresado, pero se encuentra bien», afirmó su hija Liz Cheney en el programa de televisión «Fox News Sunday».
«Ya no está en la unidad de cuidados intensivos y esperamos que pueda volver a casa a finales de la próxima semana», afirmó.
De acuerdo con la hija del ex vicepresidente de EE.UU., Cheney ya está haciendo planes para hacer, más adelante, viajes que quiere dedicar a sus grandes pasiones: la pesca y la caza.
En julio, Cheney, quien sufrió su primer ataque cardíaco cuando tenía 37, explicó en un comunicado que fue operado en el Instituto Innova Fairfax, a las afueras de Washington, y que se le implantó un pequeño mecanismo de asistencia ventricular.
«Hace unas pocas semanas, quedó claro que entraba en una nueva fase de la enfermedad cuando empecé a sufrir fallos cardíacos de congestión», explicó.
Después de pruebas y de consultas médicas, el ex vicepresidente decidió aprovechar «una de las nuevas tecnologías disponibles» y el resultado de la operación fue «muy bueno», señaló.
Cheney, que fue durante ocho años vicepresidente en el Gobierno de George W. Bush (2001-2009), ha sufrido hasta el momento cinco ataques al corazón, en 1978, 1984, 1988, 2000 y el último a principios de este año, por el que fue sometido a una angioplastia.