Esta percepción pesimista surge de una encuesta realizada por el Proyecto de Competitividad en esa universidad que dirigen el profesor Jan Rivkin y Michael Porter, a quien el diario describe como el «gurú de la competitividad».
Aproximadamente el 58% de los ex alumnos que respondieron a la encuesta esperan que Estados Unidos se debilite en una o ambas de esas dimensiones de la competitividad en los próximos tres años.
Sólo el 25% espera que el país mejore en una o ambas áreas.
«No es que se caiga el cielo», dijo Rivkin al diario. «Tenemos grandes fortalezas pero las contrarrestan grandes debilidades que están empeorando», agregó.
Pero el diario encontró un aspecto positivo en la encuesta: los ex alumnos de Harvard que respondieron al cuestionario se mostraron este año menos pesimistas que el año pasado acerca de las perspectivas para la economía estadounidense.
«Esto parece reflejar también un deterioro de las perspectivas para Europa y Asia más que un mejoramiento en Estados Unidos», añadió el diario.
El proyecto en Harvard enfatiza tanto en lo que se puede hacer para que las empresas estadounidenses sean más competitivas (algo que podría lograrse bajando los sueldos) como en lo necesario para que la economía del país sea más competitiva de manera que pueda ofrecer sueldos más altos.
El 34% de los participantes en la encuesta opinó que en los próximos tres años la economía de Estados Unidos será menos capaz de competir en la economía global, el 28% opinó que será más capaz y el 39% señaló que ni lo uno ni lo otro, sino que todo seguirá igual.
El 52% opinó que Estados Unidos será menos capaz de ofrecer sueldos y beneficios más altos a sus trabajadores; sólo el 20 por ciento opinó que será más capaz de ofrecerlos y el resto cree que todo seguirá como está.