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Eta salda con muerte, destrucción y pérdidas millonarias en Honduras

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Tegucigalpa – El paso del ciclón tropical Eta dejó un panorama de destrucción y luto en Honduras, donde informes preliminares de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) revelan que el meteoro ocasionó hasta la fecha un total de 26 personas fallecidas, cuatro desaparecidas, 150 mil 428 familias afectadas y 1 mil 650 familias evacuadas, situación que se suma a la emergencia sanitaria que el país vive por la pandemia de COVID-19. 

– Pérdidas de cultivos como maíz, frijol, sorgo, arroz, plátano, cacao, camote, yuca, papas, cebolla, hortalizas y productos apícolas ascienden a 21 mil 952.25 manzanas destruidas, indica secretario de Agricultura y Ganadería, Mauricio Guevara. 

El gobierno instruyó que las operaciones de rescate sean permanentes hasta salvar al último hondureño de las zonas inundadas y que se brinde ayuda humanitaria a los afectados, al tiempo que los organismos correspondientes empiezan a trabajar en tareas de reconstrucción de infraestructura pública. 

Los cultivos fueron severamente dañados.

Heroicos rescates marítimos y aéreos son realizados por elementos de la Fuerza Aérea Hondureña, Fuerza Naval de Honduras, Cuerpo de Bomberos, del Comando Bravo de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, con sede en la base militar Palmerola, en Comayagua, así como por helicópteros y lanchas privadas, que en conjunto han rescatado hasta la fecha 26 mil 795 personas a nivel nacional en más de cinco días consecutivos de trabajo. 

Los rescates, cuyas imágenes resultan impactantes, se realizan principalmente en medio de viviendas anegadas de agua producto del desbordamiento de los ríos Ulúa y Chamelecón en el Valle de Sula, en ciudades como La Lima, Pimienta, Villanueva y Choloma, entre otros sectores con alta densidad poblacional que no se inundaban con tal magnitud desde el paso del huracán Mitch en 1998. 

En total se reportan 175 albergues abiertos en las ciudades afectadas. 

Se estima que a la fecha hay 2 mil 532 familias (12 mil 660 personas) en albergues donde conviven familias enteras, entre adultos mayores, mujeres embarazadas y niños, quienes perdieron todo y dependen de la asistencia gubernamental y del apoyo del sector privado y de personas altruistas. 

Necesidad de Fondos Verdes 

El escenario de la emergencia que vive Honduras no es desconocido para la comunidad internacional, ya que es uno de los países más vulnerables del mundo a los efectos del cambio climático. 

El Índice de Riesgos Climáticos que elabora cada año la Germanwatch registra que Honduras fue la segunda nación más impactada en la última década por tormentas tropicales e inundaciones, en medio de que sufre una gran pérdida de miles de hectáreas de bosques producto de la tala y los incendios, sumado a que sus principales ríos quedaron azolvados después del paso devastador del huracán Mitch en 1998. 

El presidente Hernández volvió a urgir los Fondos Verdes en estos momentos de emergencia.

El país está expuesto a los fenómenos climatológicos al poseer costas en el océano Pacífico y el mar Caribe, en el Atlántico, donde este año la temporada de tormentas y ciclones tropicales registra un récord de actividad. 

Ciudades como La Lima, Choloma, Villanueva y San Pedro Sula, entre otros sectores, se encuentran ubicadas a los márgenes de algunos de los ríos más caudalosos del país, como el Ulúa y el Chamelecón, los que al paso de Eta provocaron los daños más grandes, con familias damnificadas y destrucción de sectores productivos cuyas pérdidas aún no se cuantifican con exactitud. 

Recuperar infraestructura 

En relación a la infraestructura, el informe preliminar de Copeco, cuya labor de actualización de daños continua a medida que las aguas de los ríos vuelven a su cauce, se proyecta que hay 2 mil 384 viviendas afectadas, 140 dañadas y 49 destruidas. 

Las comunicaciones terrestres en varios sectores del país están interrumpidas, se reportan varias comunidades aisladas por la caída de puentes, carreteras obstruidas por deslaves y ríos crecidos. 

Mientras tanto, en La Lima, el segundo aeropuerto internacional de Honduras, el Ramón Villeda Morales, resultó totalmente inundado y se realizan trabajos para que vuelva a estar operable en las próximas horas, según las autoridades aeroportuarias. 

Miles de casas siguen bajo agua en el Valle de Sula.

El reporte preliminar señala que 21 puentes resultaron destruidos y 25 dañados, cajas puentes y vados, dos destruidos y siete dañados. 

No obstante, el Gobierno instruyó a Invest-H, Insep y Sedecoas a realizar una evaluación de los daños a la infraestructura pública e implementan un plan para iniciar la habilitación de pasos y los procesos de reconstrucción con el apoyo de las empresas privadas de la construcción. 

En las operaciones humanitarias participan 50 mil miembros del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager), entre bomberos, miembros de Copeco, Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Cruz Roja, Cruz Verde, organizaciones civiles y voluntarios. 

Las operaciones de rescate y traslado de alimentos son realizadas por 8 helicópteros del Estado, 2 privados y 52 lanchas entre públicas y privadas. 

Los rescates por la vía aérea siguen no paran desde que comenzó la emergencia.

Mediante esta logística aún se mantienen las operaciones para atender a 68 comunidades incomunicadas donde residen 65 mil 912 hondureños cuya única esperanza es la ayuda que puede llegar vía acuática y aérea. 

Como parte de las respuestas a la emergencia se realizan rescates, evacuaciones, resguardo de viviendas evacuadas, traslado de heridos, asistencia médica, remoción de escombros, restricción de paso en puentes afectados, restablecimiento de la energía eléctrica en algunas comunidades, entrega de asistencia humanitaria como alimentos en comunidades, y activación y resguardo en albergues. 

Emergencias paralelas

Honduras, en un hecho inédito, enfrenta dos emergencias y alertas rojas simultáneas, por el paso del meteoro y por la pandemia de COVID-19 que registra 2 mil 745 personas fallecidas y 100 mil 041 casos confirmados hasta el 7 de noviembre del presente año. 

A la par de Eta, el COVID-19 es otro de los frente abiertos que mantiene el país.

Las medidas de aislamiento social y los contagios han impactado no solo en la salud, sino que también los efectos sistémicos han dejado miles de hondureños desempleados por el cierre obligado de empresas, millonarias pérdidas en la economía y, a consecuencia de esto, una dramática caída en los ingresos fiscales. 

Pérdidas en agricultura 

El agua todavía cubre las casas en el norte.

El titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), Mauricio Guevara, informó que las pérdidas de los cultivos de  productos básicos como maíz, frijol, sorgo, arroz, plátano, cacao, camote, yuca, papas, cebolla, hortalizas y productos apícolas ascienden a 21 mil 952.25 manzanas destruidas totalmente, dejando daños millonarios, sumados a los de muchas empresas que se dedican a la crianza de pollos y concentrados de animales y productos alimenticios en la zona norte del país, lo que representa otro impacto fuerte a la economía. 

El informe preliminar de la SAG establece que en todo el país alrededor de 487 mil 321 manzanas de cultivos de maíz, frijol, arroz, cultivos orientales, banano, cítricos, caña de azúcar, cacao, rambután, camote, yuca, papas y palma africana resultaron afectadas por las intensas lluvias y desbordamiento de ríos. 

En relación a los cítricos hay 50 toneladas de frutas sin cosechar y las plantas están cerradas. Se estima que peligra la cosecha de 200 mil quintales de maíz. La humedad excesiva produce la maduración temprana del café, el principal rubro de exportación e importante generador de divisas, cuya cosecha está en desarrollo. La avicultura también ha sido fuertemente afectada. 

JS

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