Elogio al Periodismo hondureño en su Día

Dr. Ignacio Alonzo

Una de las profesiones más nobles, loables y encantadoras es la que ejercen por oficio, vocación o profesión los hombres y mujeres que escogieron ser portadores de la noticia, no importa el día, hora, haya lluvia o calor, sequía o inundación, desastres naturales, incendios forestales, accidentes viales, aéreos o marítimos, cubrir fuentes noticiosas complicadas en parlamentos, investigar crímenes, escándalos políticos, temas de narco tráfico, guerras, bloqueos económicos, lavado de activos, enriquecimiento ilícito, malas prácticas legales, forenses, familiares y educativas. temas de migración, corrupción generalizada, nepotismos, jugadas políticas turbias, desplazamientos y desalojos, entre otros, y qué decir de la prensa rosa, tanto de las realezas como de aquello que resulta en entretenimiento ya sea al leer, escuchar o ver la noticia. Lo anterior, hace que esta heroica profesión del periodismo sea peligrosa y demasiado compleja, ya sea en las democracias como en las naciones autoritarias. Muchos periodistas y comunicadores sociales han perdido sus vidas, lo peor, y en otros casos, orillados a perder su empleo, salir huyendo del país o vivir siendo presa de constantes amenazas de muerte e interviniéndoles sus móviles.

La libertad de expresión es un derecho humano universal, el cual debe ser respetado y valorado a fin de fortalecer la democracia y las más altas formas de convivencia y tolerancia que demandan las sociedades civilizadas del Mundo. Los esfuerzos que se hacen en Honduras son loables desde los gremios periodísticos, organizaciones nacionales e internacionales dedicadas a la defensa y protección de los espacios que hay para hablar, escribir y difundir la noticia cuidando que esta vaya preñada de mentiras, difamación, calumnias y falsos testimonios, lo cual, no hace bien a nuestra sociedad hondureña, “contrario sensu”, debemos construir, transformar y forjar mejores destinos para nuestras presentes y futuras generaciones de relevo.

Según el Informe de Reporteros Sin Fronteras (2023) al menos 45 periodistas murieron asesinados, 13 han muerto desde que comenzó el conflicto en octubre del año pasado, entre Israel y Hamas, del lado palestino no menos de 100 corresponsales de guerra murieron, además, 521 entre hombres y mujeres periodistas están encarcelados en diferentes partes del mundo por asuntos estrictamente relacionados con la labor de su profesión. La organización (RSF, 2024), maneja datos y cifras de periodistas viviendo situaciones de precariedad alrededor del mundo, por ejemplo, en países como México que no están en guerra, la libertad de prensa es problemática, de tal manera que desde 2019, el número de periodistas asesinados alcanza ya 37, pudiendo ser más. Así que, un periodista que hace su trabajo, en un país en donde la libertad de prensa, es perseguida y satanizado, se sabe cuando sale de su casa, más no, si ha de regresar ya sea porque fue asesinado o ha sido encarcelado.

Quiero hacer este Elogio al Periodista hondureño que celebra su día, este 25 de mayo.

La palabra que sale de la boca de aquellos que exponen la vida de ellos y la de sus familias, por la obtención de una noticia que convierten en primicia para su medio. Para aquellos que van por las calles buscando informar en medio de las balas que llevan muerte de inocentes y de personas en conflictos. Para los que en diferentes medios publican sus escritos cargados de criticas e informan y orientan la opinión pública. Es este Elogio.

Para los periodistas hondureños que buscan la noticia mediante una investigación exhaustiva que caminan de la mano con el pueblo, comprometidos con los menos favorecidos. Para aquel periodista que reportea desde el lugar del suceso y que camina metro a metro por la calle convulsionada o solitaria. Por aquellos que se aferran a la vida de los que están sufriendo los horrores de la guerra, calamidad y vacíos. Ese comunicador informa paso a paso el dolor del caminante que no para hasta querer alcanzar el sueño de su vida, camina por el desierto acompañado de un micrófono y de una voz que no se apaga como es la del periodista, que va narrando sin miedo ni espantos las tristezas y desencantos, de tal forma que frente al micrófono y a la cámara no llora, solo lleva en su corazón el dolor del que sufre, para después como cualquier mortal, llenar el cristal de lágrimas por el pesar y la impotencia de no poder resolver de forma mágica la desesperanza y la tragedia que observa en su entorno.

Para aquellos que no duermen, porque viven para mandar la noticia al satélite y a las redes para que en segundos el mundo se informe de lo que está pasando en el planeta. Para aquellos periodistas hondureños que detrás de un buró, tuvieron una máquina de escribir Olimpia o Corona y que con sus dedos punteando y punteando escribieron sendos editoriales, adornando y con estilo, decir cosas delicadas pero con elegancia periodística, que al fin, son férreas críticas y denuncias de los malos procedimientos de lo público y privado.

Este elogio, va para aquellos que nacieron y se hicieron periodistas en la Academia de la vida y en las Aulas universitarias y que de manera responsable transmiten la noticia, tal como es, sin favorecer a los grupos de poder, que sin escrúpulos pagan los derechos para no ser denunciados. El elogio es para aquellos que usan la Palabra para construir, instruir y comunicar reflexiones profundas y que sin ambages van de frente con ética y prudencia comunicativa, que son dueños del epíteto, eufemismos y no caen en súper hipérboles, amarillismos ni triunfalismos, sino, que con altura “informan y forman opinión”.

Este elogio es para el periodista hondureño que no cambia su dignidad ni se presta para esconder la primicia. Para aquellos profesionales del micrófono y de la pluma, que desde una cabina de radio, televisión, red social, periódico digital o cualquier otra plataforma elevan el espíritu humano, cuentan historias de éxito, ven lo gris, tan solo como un cambio y no un estado permanente, esa historia contada con sensibilidad, simplicidad sin quitarle la profundidad, que no menosprecia la situación crítica de la realidad que relata, hace reír y también llorar, tan es así, que las narraciones son piezas verdaderas de imágenes reales o ficción llevándonos a convertirnos en protagonistas directos.

Elogio para los innovadores y creadores de un periodismo fresco, combativo y beligerante. Para los que hoy descubren en la IA, lo mejor y se ponen a la vanguardia mundial sin anular la noble profesión, sino, para ser testigos y autores de nuevas formas de hacer noticia, sin tiempo ni medida, informando para transformar vidas y entornos.

Elogio para aquellos que se adelantaron al más allá, que dejaron huellas y sus voces aún viven en las cintotecas y videotecas de los medios radiales o televisivos de Honduras.

Finalmente, cabe expresar este pensamiento con claridad meridiana: Sin un periodismo crítico, reflexivo, honorable, transparente, comprometido con el País, difícilmente se puede fortalecer la democracia de una Nación.

!!Salud periodistas de Honduras en su día!!

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