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El Vaticano honra al “Papa bueno” y al “Papa peregrino”

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Tegucigalpa – El Vaticano es testigo hoy domingo de la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, como un paso más hacia su santidad, el mundo será testigo del homenaje que la iglesia católica hace a los dos papas más populares de los últimos dos siglos. Cada uno con una historia marcada de fe y esperanza que logró mover cimientos en el mundo y en la iglesia. Honduras, una población mayoritariamente católica se muestra jubilosa y activa ante los acontecimientos.
 

La Iglesia Católica se muestra jubilosa.

Honduras es testigo del magno evento de fe católica donde el cardenal Rodríguez Maradiaga como parte de la ceremonia religiosa.

El presidente Hernández y las dos cabezas de los poderes Legislativo y Judicial han viajado al Vaticano para asistir a la canonización.

Fieles católicos de Tegucigalpa y otros lugares de Honduras también se han trasladado hasta la Santa Sede.

Angelo Roncalli, conocido como el Papa Juan XXIII, fue un hombre de una paciencia serena, capaz de soportar los problemas y las pruebas de la vida, haciendo de la fe su principal alimento, que le permitió ser un sacerdote libre de ambiciones de carrera y capaz de la más cordial colaboración, señala en su historial el Vaticano.

Fue un hombre de una piedad popular que hizo de la comunicación una de las formas más efectivos del ejercicio litúrgico de la fe y la esperanza en la iglesia.

El Papa Juan XXIII fue el último de cuatro hijos, nació el 25 de noviembre de 1881 en la provincia de Bergamo. Fue ordenado sacerdote en 1904 en la iglesia de Santa María de Monte Santo.

Entre su amplio historial religioso e intelectual destaca que fue jefe de redacción del periódico diocesano “La Vida Diocesana” y desde 1910, asistente de la Unión de Mujeres Católicas.

Durante la segunda guerra mundial conservó una prudente actitud neutral, que le valió para desarrollar una eficaz acción de asistencia a favor de los judíos, salvando a miles de ellos del exterminio. También hizo gestiones a favor del pueblo griego oprimido por el hambre.

Fue electo papa el 28 de octubre de 1958 y asume el nombre de Juan XXIII. De acuerdo al Vaticano, aunque muchos piensan que su pontificado fue de transición, éste revela desde el inicio un estilo nuevo, que exprime la personalidad humana y sacerdotal del Pontífice Juan XXIII.

Restableció el regular funcionamiento de los organismos curiales y se preocupó por dar una impronta pastoral a su ministerio. Su trabajo a favor de la paz fue constante, particularmente evidente en sus encíclicas Mater et Magistra (1961) e Pacem in terris (1963) y en su aportación decisiva en ocasión de la gran crisis en Cuba en 1962. El prestigio y la admiración universales se pudieron medir en ocasión de sus últimas semanas de vida, cuando todo el mundo se reunió en su lecho y recibió con profundo dolor la noticia de su muerte la noche del 3 de junio de 1963.

Un milagro que se le atribuye al Papa Juan XXIII fue la curación de la religiosa Caterina Capitani de las Hijas de la Caridad en mayo de 1996, enferma de una gastritis ulcerosa con una hemorragia muy grave que amenazaba con arriesgar su vida.
Por su trayectoria, su humanismo, su anuencia al diálogo y su profunda entrega de fe y las reformas que promovió en la iglesia católica se le conoce popularmente como el “Papa bueno”.

En la iglesia es conocido por la convocatoria al Concilio Vaticano II que permitió la modernización de la iglesia y estableció el avance social de la misma.

En el camino a su canonización se destacan algunos aspectos que caracterizaron el liderato de su santidad: su fuerte empeño por la paz, por el diálogo, por el ecumenismo, por la misión de la Iglesia. Así lo resaltan los medios especializados del Vaticano que han dotado de valiosa información a la prensa acerca de este trascendental acto que tendrá lugar el domingo 27 en la santa sede en Roma, Italia.

El Papa Peregrino

Al carismático Papa Juan XXIII se suma otro líder religioso de gran aceptación social y mundial: el Papa Juan Pablo II, conocido como el “Papa de la oración” y el “Papa peregrino”.

Karol Józef Wojtyla, fue un hombre de una profunda oración que lograba tener siempre despierto el espíritu a través de la oración incesante y la escuela meditada de la palabra de Dios.

La Eucaristía constituía el centro de su vida, donde agradecía constantemente a Dios todos los méritos concedidos. La infancia del Papa Juan Pablo II no fue fácil, pues estuvo marcada por tres lutos, y el ingreso en el Seminario justo en el período en el cual la guerra había obligado a cerrarlo.

Los registros proporcionados por el Vaticano señalan que como arzobispo de Cracovia jamás titubeó delante de los numerosos obstáculos impuestos por el régimen comunista polaco al derecho de profesar la propia Fe. Con fortaleza supo intervenir a favor de los derechos de las personas, sin perturbar con ello el orden público combatiendo como buen cristiano su batalla aun cuando tales impedimentos parecían insuperables.

El Papa Juan Pablo II sostuvo el anhelo de libertad de los pueblos oprimidos por los diversos regímenes y totalitarismos, afirmando la dignidad inviolable de todo ser humano.

Un signo que destaca en la vida de Juan Pablo II fue la confianza que depositó en la juventud, a quienes consideró la esperanza de la iglesia del mañana.

Juan Pablo II nació en Wadowice, en Polonia, el 18 de mayo de 1920. Fue el segundo de los hijos de Karol Wojtyla y de Emilia Kaczorowska, que murió en 1929.

Cuando las fuerzas de la ocupación nazista cerraron la Universidad en 1939, el joven Karol trabajó (1940-44) en una cantera y en una fábrica química de Solvay para poder mantenerse y evitar la deportación a Alemania.

Fue elegido sucesor de San Pedro, con el nombre de Juan Pablo II, el 16 de octubre de 1978 y el 22 de octubre inició su papado. El Papa Juan Pablo II realizó 146 visitas pastorales en Italia, y como Obispo de Roma, visitó 317 de las 332 actuales parroquias romanas. Los viajes apostólicos por el mundo, como expresión de la constante solicitud pastoral del sucesor de Pedro por todas las iglesias, han sido 104.

Entre sus documentos principales se encuentran 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas.

En 1981, Juan Pablo II sufrió un grave atentado en la plaza de San Pedro y luego de una larga hospitalización y convalecencia, perdona a su agresor.

Se le atribuye el milagro de haber sanado a la costarricense Floribeth Mora Díaz, quien presentó un “aneurisma cerebral fusiforme” y gracias a este milagro toda la familia de la ciudadana costarricense regresa a la fe religiosa, por lo que se considera el hecho como un doble milagro, destacan las publicaciones hechas por el Vaticano.

De esta forma, en el nuevo papado de Francisco, su santidad hará el rito de la canonización de estas dos grandes figuras de la iglesia, consideradas entre las más populares en la historia de los dos últimos siglos en el Vaticano. Ellos están ahora más cerca de la santidad.

Júbilo en Honduras

Los acontecimientos mantienen a la feligresía hondureña ampliamente activa ante los acontecimientos relativos a la canonización.

En Iglesias hondureñas las veladas y el jubileo han acompañado las jornadas religiosas de los fieles.

En tanto el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, ha sido invitado por el Papa Francisco para ser parte del cuerpo eclesial que participará en la misa de consagración.

En Tegucigalpa, capital hondureña, el sacerdote Juan Ángel López sostuvo que la canonización de los beatos es una ceremonia solemne e histórica que quedará plasmada en la retina de todos los creyentes, acto que reforzará la fe de la Iglesia Católica.

Recalcó la importancia que reviste para el pueblo católico del mundo la elevación al altar divino de los sumos pontífices que en su calidad de tales son reconocidos como intercesores entre los cristianos y Dios.
“Toda la vida y las oportunidades de redención del ser humano pasan por el mar inmenso de la misericordia de Dios”, reflexionó el presbítero.

En tanto el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, su esposa; los ministros de la Presidencia, Reinaldo Sánchez y de Comunicación y Estrategias Hilda Hernández, han acudido a la Santa Sede para ser parte de los presentes en la canonización. Igualmente las cabezas del Legislativo y del Poder Judicial hondureño se han trasladado a El Vaticano.

El presidente Hernández reiteró su júbilo por el especial momento de espiritualidad e hizo votos “porque la esperanza, el optimismo, la transparencia, la inclusión y el trabajo sean el camino para consolidar la paz y a la prosperidad de todas las familias hondureñas”.

La fiesta católica se vive en diferentes rincones de Honduras, refuerza la fe y hace resurgir los bríos de la Iglesia Católica en este país centroamericano.

El papa Francisco y el presidente Hernández Alvarado, se reunieron en privado el sábado durante 26 minutos en el Vaticano, donde el mandatario le pidió ayuda para acabar con la lacra del narcotráfico en la region.

El presidente hondureño pidió «el acompañamiento del papa para que se resuelva el problema de la violencia que genera el narcotráfico en Centroamérica».

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