El vaivén de los rankings

Por: Julio Raudales

Tegucigalpa.- La noticia de la semana es el descenso de 8 puntos de nuestro país en el ranking del Indice de Competitividad Global que año tras año publica el Foro Económico Mundial.

También caímos en el ïndice de Libertad Económica, en el que desde hace tiempo permanecemos en el último puesto en Centroamérica. Igual suerte corren el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, el Doing Business y un montón más. ¡No se por qué a la gente le extraña!

Lo que pasa es que tenemos mala memoria. Basta hacer un recuento de lo acaecido en los últimos cuatrienios y no será dificil comprender que el efecto del ciclo político afecta el comportamiento de las expectativas, el optimismo y las variales sociales y financieras del país.

En efecto, durante los primeros años de todos los gobiernos, la percepción de competitividad, clima de negocios, corrupción e incluso violencia, parecen dar un salto hacia la mejoría, impulsados principalmente por el entusiasmo que siempre transmiten los aires de cambio. Pero conforme nos adentramos en los intersticios del periodo, cómo que las cosas se van poniendo mas duras y el pesimismo vuelve a la ciudadanía. Veremos si el otro año la cosa cambia.

En el caso del ïndice de Competitividad, nuestro país pasó al puesto 96 en 2017, es decir, decendimos del lugar 88 conseguido en 2016. De las tres dimensiones que contiene este medidor, Honduras solo puede mostrar mejoras o deterioros en los “Requerimientos Básicos”: Infraestructura, ambiente macroeconómico, educación básica e instituciones. Las otras dos son inalcanzables: Potenciadores de la Eficiencia y Factores sofisticados, que son el campo donde “pelean” las grandes potencias como Hong Kong, Singapur, Coreas del Sur, EUA y otros.

Pero no nos vayamos lejos. Honduras está en el puesto 96 en el ranking de 137 estados que mide el Foro Económico Mundial. Costa Rica, nuestro singular vecino, sin ejército y fusilador de héroes hondureños, se encuentra en el lugar 47, es decir cae en la categoría de País Muy Competitivo. ¿Qué será? ¿Por qué estamos tan lejos si somos tan cercanos?

Por otro lado, en el ranking de libertad económica, nuestro país aparece último en Centroamérica y 116 a nivel mundial, en una lista de 165 países, con una baja de más de 10 posiciones con respecto a 2016. De acuerdo a este indicador, la falta de seguridad jurídica, la calidad de los impuestos recaudados y el tamaño de los mercados, son los elementos que afectan la generación de negocios. ¿Qué nos esta pasando?

Es muy desalentador ver como a veces, las autoridades anuncian con bombos y platillos que Honduras escaló 5 o 10 posiciones en algún ranking, o cómo x o y calificadora nos mejoró de B- a B+, ¡claro que hay que alegrarse cuando se camina hacia delante! Pero para poder alcanzar verdaderos estadios de bienestar, es más importante asegurar que no retrocederemos.

Todo lo anterior lo que nos manifiesta es que los problemas de Honduras son estructurales y que nada de esto podrá cambiar, si no enfocamos los esfuerzos en cambiar los elementos o factores que determinan la estructura institucional del país.

Un ejemplo muy simple es el tema de la salud. Honduras y Costa Rica destinan porcentajes similares de su presupuesto público a este sector. Pero los Ticos tienen la mitad de la desnutrición que los Catrachos, además, mueren mucho menos parturientas y sus niños y niñas son bastante menos proclives a enfermedades respiratorias. ¿Qué es lo que provoca las diferencias en los resultados?

Pues resulta que en 1948, hace casi 70 años, los costarricenses decidieron eliminar su ejército y con los recursos ahorrados, crearon entre otras cosas, la Caja de Seguridad Social. Este mecanismo Público-Privado, es el gestor universal de la salud en aquel país y por tanto, el mayor responsable del éxito en sus indicadores sociales. A este tipo de hitos, los expertos institucionalistas les llaman “Coyunturas Críticas”

No es casual entonces que Uruguay, Chile, la ya mencionada Costa Rica, República Dominicana o Panamá aparezcan siempre en la primera mitad de todos los rankings. Tampoco es fortuito que Honduras, Nicaragua, Guatemala, Paraguay e incluso Argentina o Mexico siempre esten en la lista de los “atrasados”. Los primeros tomaron decisiones importantes a nivel institucional en algún momento de su historia, los segundos mantienen sus instituciones capturadas por algún tipo de poder fáctico.

Vale la pena ir pensando en qué hacer para revertir esta situación. Todavía no es tarde, aunque siempre se puede estar peor.

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