El socialista Illa, nuevo presidente de Cataluña tras desconcierto por fuga de Puigdemont

Barcelona – El socialista Salvador Illa fue investido presidente de Cataluña en una jornada marcada por el desconcierto tras la fuga del independentista Carlos Puigdemont a su regreso a España después de mantenerse huido durante siete años para esquivar a la Justicia española.

La rocambolesca peripecia de Puigdemont, que se ha fugado en pleno día tras participar en un acto separatista y ante la mirada de policías y prensa, no ha logrado impedir la investidura de Illa.

La elección de Illa en el Parlamento regional ha salido adelante por mayoría absoluta con el apoyo de los republicanos de ERC -antiguos socios de Puigdemont- tras dos intentos fallidos del partido del expresidente, Junts per Cataluña (JxC), por suspender la sesión.

La sombra de Puigdemont ha planeado sobre el debate durante toda la jornada. El dirigente de Junts, que enfrenta en España orden de detención por malversación -un delito no contemplado en la reciente ley de amnistía aprobada en España-, había anunciado su regreso para asistir a la investidura del ganador de las elecciones regionales del pasado mayo.

Pero en realidad no tenía planeado llegar al Parlamento.Tras encabezar un acto separatista en las proximidades del recinto se esfumó, casi literalmente, oculto en el coche de un policía regional.

Una fórmula que ya había utilizado en 2017, cuando desapareció en el maletero de un coche para esquivar su detención tras proclamar unilateralmente la independencia de Cataluña.

Su nueva fuga añade un elemento de tensión e incertidumbre a la política española y crea una situación insólita que empaña la imagen de la policía catalana (los Mossos d’Esquadra), divide al independentismo y profundiza la confrontación entre la derecha y el Gobierno de coalición que preside el socialista Pedro Sánchez.

«Hace siete años que nos persiguen por querer escuchar la voz del pueblo de Cataluña», lanzó Puigdemont ante unos 3.000 seguidores en el acto de Barcelona, muy lejos de las multitudes que congregaba en 2017, cuando alentó la idea de la independencia.

Tras apenas 10 minutos de discurso, y arropado por varios de sus colaboradores, desapareció oculto en un coche que logró escapar de la persecución policial.

Dos agentes han sido detenidos por su presunta participación en la fuga y la policía llamará a declarar a Jordi Turull, el secretario general de Junts, que le acompañaba en la comitiva que debía conducirle al parlamento regional.

Tras la sorpresa inicial, cientos de policías han participado en el operativo «Jaula» en su búsqueda, pero, hasta ahora, solo han conseguido bloquear el tráfico en las principales arterias de Barcelona y enfadar a los conductores, tal como ha denunciado la Asociación Española de Consumidores.

Los Mossos, hoy blanco de críticas generalizadas, han negado cualquier tipo de «acuerdo o conversación previa» con el entorno de Puigdemont en relación con su detención.

El presidente del conservador Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha acusado a Sánchez de someter a España a una «humillación insoportable» y varios líderes populares urgen la dimisión del jefe del Ejecutivo, mientras el ultraderechista Vox denunciará a quienes hayan ayudado a «encubrir» la huida.

Las críticas por la «performance» del expresidente catalán han llegado también desde Sumar (izquierda), socio del Gobierno de Sánchez, que ha lamentado el «teatro» y el «truco de magia» de Puigdemont.

La escapada alimenta la incertidumbre en la política nacional, ya que sus siete diputados en el Parlamento español son claves para la estabilidad del Gobierno.

Abre, además, un nuevo capítulo en Cataluña, porque profundiza en la división interna en Junts y la confrontación con los republicanos de ERC, sus antiguos socios que ahora apoyan la investidura de Illa, el primer presidente socialista tras casi 15 años de gobiernos nacionalistas en la región. EFE

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