Londres – A escasos metros de Anfield, perpendicular a la calle por la que transita el autobús del Liverpool los días de partido, aún existe un mural en honor a Trent Alexander-Arnold. «Solo soy un chico normal de Liverpool que cumplió su sueño», reza la pintura con la imagen del jugador y el número 66 a su espalda.
Este reconocimiento corrió peligro al firmar Alexander-Arnold por el Real Madrid y lo correrá aún más cuando el lateral retorne a Anfield para el partido de la fase de grupos de la próxima Liga de Campeones.
Era una de las historias del sorteo de este jueves y las bolas, o mejor dicho el botón que pulsó Kaká, fue caprichoso. El hijo pródigo que se marchó a Madrid caricaturizado como traidor volverá a casa.
Con más de 350 partidos jugados con los ‘Reds, dos Premier League ganadas, una ‘Champions’ y varias copas, y siendo el defensa con más asistencias en la historia de la liga inglesa, Alexander-Arnold, con 26 años, decidió probar un nuevo reto.
No renovó su contrato con el Liverpool y esperó a que hubiesen pasado las celebraciones del título liguero para anunciar que su nuevo destino era el Real Madrid, precisamente el club que impidió que tuviera al menos dos ‘orejonas’ más en su palmarés.
Esto no gustó a muchos aficionados. Muchos fueron los que le increparon y abuchearon cuando ya había anunciado que no renovaría. No fue una multitud, pero un buen grupo de aficionados en Anfield le pitaron en sus últimos dos partidos ligueros. Los más radicales quemaron su camiseta, aunque eso fue un movimiento más inspirado en conseguir viralizarse en redes sociales que otra cosa.
Ahora, la división será más pronunciada. Mientras que a Xabi Alonso se le recibió como un héroe -como lo que es, autor de un gol en la final de la Liga de Campeones de Estambul en 2005- cuando fue a Anfield con el Bayer Leverkusen la temporada pasada, es casi imposible que Alexander-Arnold reciba una bienvenida similar.
Ha pasado poco tiempo desde su traspaso, ese que dejó unos 10 millones en las arcas de Andield, y son muchos los que no entienden por qué este chico, nacido en la misma ciudad de Liverpool, querría cambiar la que ha sido su casa los últimos veinte años por Madrid.
«No sabéis lo que puede llegar a ser ir al mismo estadio, a la misma ciudad deportiva durante veinte años, todos los días», fueron las palabras con las que su compañero Mohamed Salah le defendió.
Alexander-Arnold fue de los últimos en abandonar el césped de Anfield durante la celebración de la Premier League en mayo. Lo hizo acompañado de su familia y con lágrimas en los ojos mientras The Kop entonaba el «You’ll Never Walk Alone».
Ese día afición y jugador apartaron sus diferencias para no aguar la fiesta, pero los ‘Scousers’ no estarán por la labor de otra tregua cuando Alexander-Arnold vuelva a su banda derecha de Anfield Road, pero esta vez vistiendo la camiseta blanca del Real Madrid. EFE
