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El «nunca llueve a gusto de todos» es más verdad que nunca en América Latina

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Bogotá – El dicho popular «nunca llueve a gusto de todos» está de plena actualidad en América Latina: es el diluvio dicen en Colombia y Ecuador, mientras en México, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil miran al cielo con la esperanza de que caigan algunas gotas.
 

El peor caso de sequía es el de México, donde hay 2,5 millones de personas en riesgo de padecer hambre a consecuencia de los daños causados a la agricultura y la ganadería por la falta de agua, según un especialista de la Universidad Nacional Autónoma.

Más de la mitad de los estados mexicanos, fundamentalmente los del centro y el norte del país, están afectados por la sequía, que según las autoridades es la peor de los últimos 71 años.

«El 50 % de los municipios están afectados y se calcula que 1,4 millones de hectáreas padecieron los daños provocados por las condiciones climáticas adversas», indicó hoy Emilio Romero Polanco, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la UNAM.

El especialista recordó que el año pasado «se perdieron 3,2 millones de toneladas de maíz, 600.000 de frijol y 60.000 cabezas de ganado» por la falta de agua.

El presidente de México, Felipe Calderón, ordenó esta semana liberar 33.827 millones de pesos (unos 2.500 millones de dólares) para atender la situación de sequía.

Fundamentalmente los recursos se usarán para rehabilitar y reforzar la infraestructura para el suministro de agua destinada al consumo humano, y garantizar el abasto de alimentos a las poblaciones afectadas por la sequía.

En otro país sediento este año, Argentina, el Gobierno acordó hoy conceder créditos por hasta 2.300 millones de pesos (528,7 millones de dólares) a los agricultores afectados por la sequía, que se sumarán a las ayudas por 500 millones de pesos (115 millones de dólares) previstas en un fondo especial de emergencia agropecuaria.

La escasez de lluvias, parcialmente compensada en algunas zonas por las precipitaciones caídas en los últimos días, afecta principalmente a las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa, San Juan, Neuquén, Misiones, Córdoba, La Rioja y Entre Ríos, que se han declarado en emergencia agropecuaria.

Argentina es uno de los cinco mayores productores globales de granos y los analistas han revisado a la baja las previsiones de la campaña agrícola 2011-2012, para la que calculaban una cosecha récord de 106,5 millones de toneladas, de las cuales 54,3 millones corresponden a la soja y 28 millones al maíz.

Los expertos calculan que la producción de soja bajará a 47,8 millones de toneladas y la de maíz a 22,1 millones de toneladas.

En 2008, Argentina perdió 35,4 millones de toneladas de granos a raíz de la peor sequía sufrida desde comienzos del siglo XX como consecuencia del fenómeno climático «La niña».

Este año también hay «Niña», pero en Colombia, que sufrió en 2011 inundaciones, derrumbes y otros desastres por el exceso de pluviosidad, sigue lloviendo.

Hoy al menos 18 municipios de dos departamentos del suroeste de Colombia están en alerta roja como consecuencia del incremento del nivel del caudaloso río Cauca, que está 12 centímetros por arriba de la cota de desbordamiento.

En Ecuador, donde las lluvias también causaron estragos el año pasado, 12 personas murieron y 1.293 se vieron afectadas de distinta forma por las precipitaciones caídas del 1 al 19 de enero, que produjeron inundaciones en 9 de las 24 provincias del país.

Por el contrario el centro de Chile sufre una sequía por tercer verano (austral) consecutivo.

El Ministerio de Agricultura ha declarado emergencia agrícola por déficit hídrico en 41 comunas (distritos) del país, más de la mitad de ellas en la región de O’Higgins, eminentemente agrícola, donde el promedio de lluvias es un 44,7 % menor al habitual.

En Paraguay, el Gobierno ha declarado en emergencia la agricultura familiar campesina e indígena debido a que desde noviembre pasado las lluvias que han caído han sido insuficientes.

En el departamento Central, que bordea Asunción, solo han caído 15 milímetros de agua cuando la media del mes de enero es de 150, precisó a Efe Asmad Dami, de la Dirección de Meteorología.

El Ministerio de Agricultura de Paraguay calcula entre el 40 y 60 por ciento las pérdidas de los monocultivos, mientras que las de la soja, principal recurso del país, pueden llegar hasta un 30 por ciento de la producción.

En Uruguay las autoridades y los productores agrarios expresaron en las últimas semanas su preocupación sobre la sequía y sus perjuicios para el sector de la soja y para la ganadería, especialmente en la zona norte del país.

El Gobierno no tomó medidas, pero torrenciales y puntuales tormentas aliviaron la situación en alguno de los sectores más críticos antes de que los daños fueran irremediables.

En Brasil esta época es de lluvias menos en el sur, donde una intensa sequía que comenzó a finales de 2011 y terminó a mediados de enero causó enormes pérdidas a los agricultores, de unos 1.110 millones de dólares en Río Grande do Sul, de unos 277 millones en Santa Catarina y de unos 833 millones en Paraná.

En el estado de Rio Grande do Sul se perdió el 90 % de la cosecha de maíz y el 30 % de la de fríjol, y también hubo pérdidas sensibles en los cultivos de soja y arroz y en la producción lechera.
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