spot_img

El narcotráfico, flagelo que avanza a pasos agigantados

Tegucigalpa – Mientras los políticos centran sus esfuerzos en un debate sobre la legalidad o no de una asamblea nacional constituyente, la sombra del narcotráfico sigue sobrevolando el territorio hondureño, el que sería uno de los destinos de las bandas de narcotraficantes que están siendo combatidas por los gobiernos de México y Colombia.
 

Según informes de organizaciones privadas internacionales, la migración de estas bandas es normal en épocas en las que se ven enfrentadas en los territorios que ocupan para su diario accionar.

Por eso, los estudiosos no dudan que ante la cruzada del gobierno mexicano en su contra los carteles estén optando por migrar a los países de centro y sur América.

Honduras sería uno de sus destinos.

“Honduras está en la mira de los narcotraficantes internacionales para convertir a Honduras en un centro, una base de trasiego de drogas en Centroamérica”, advirtió recientemente el embajador de los Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens.

“Yo diría que las organizaciones de crimen organizado y los carteles de drogas tienen a Honduras como un blanco en su estrategia de romper la institucionalidad del país y quebrantar el frágil orden democrático con el propósito final de crear una base de operaciones para operar su ilícito negocio de drogas en toda la región”, dijo el diplomático en agosto pasado, mientras participaba en un acto de apoyo de su Gobierno al de Honduras, en el cual se encontraba el presidente hondureño, Porfirio Lobo.
%26nbsp;
Ante esas advertencias, dice el ministro de Seguridad, Oscar Álvarez, “yo no me voy a quedar de brazos cruzados”.

“Cómo me voy a quedar yo de brazos cruzados a esperar que nosotros estemos como está México en este momento, donde mueren hasta 17 policías diarios, donde han cambiado cinco Directores de la Policía en una semana y han matado un Director cada día, o sea que en ningún momento yo me voy a quedar de brazos cruzados”, declaró el funcionario, quien se enfrenta a cuestionamientos de alcaldes y diputados por manifestar que se investiga la posible penetración del narcotráfico con alcaldes y diputados hondureños, y que le reclaman dé nombres.

“Estamos trabajando hasta con países amigos, son investigaciones internacionales con intercambio de información de redes que no solo operan en Honduras, sino que operan en otros países donde involucran a hondureños en ese tipo de acciones”, dijo Álvarez a la prensa.

“Yo no sé cuál es el ansia”, dijo en respuesta a los que le piden que dé los nombres de los investigados. “Lo que deberían de estar es contentos de que no nos estamos cruzando de brazos ante una amenaza latente de que Honduras se convierte en un narco estado”.

Consideró que como funcionario públicos “nosotros no podemos cerrar los ojos, y continuar callados de la boca sabiendo de que aquí en Honduras vienen colombianos a traer dinero aquí a Honduras. Aquí acabamos de incautar 1.5 millones de dólares producto del crimen organizado que se lo llevaban colombianos para Colombia a pagarles a los dueños de esa droga. ¿Entonces de qué nos estamos asustando?”, agregó.

El secuestro, un delito en crecimiento

Las autoridades hondureñas dicen que en este marco, los delitos ligados al narcotráfico, como el secuestro, han crecido en el territorio nacional. Reportan 55 secuestros se han reportado públicamente. Muchos no son reportados a las autoridades, o no son conocidos por los medios de comunicación.

Solo este miércoles, se reportó la liberación de cuatro ciudadanos que habían sido secuestrados en diferentes regiones del país.

Entre ellos se encuentran una madre y su hija de dos años que habían sido secuestradas en Danlí, El Paraíso el 29 de septiembre. Fueron liberadas en la aldea Concepción del municipio de Yaguasire en el departamento de Francisco Morazán,

En Villanueva, Cortés, los grupos especiales contra secuestros de la Policía Nacional, liberaron a un niño de 10 años, secuestrado un día antes por hombres armados cuando iba camino a la escuela.

En Tegucigalpa, un comerciante fue liberado horas después de haber sido secuestrado por hombres fuertemente armados en una calle de Comayagüela. Los delincuentes se enfrentaron a tiros con la Policía. Un delincuente resultó muerto, dos fueron capturados y tres más huyeron, según el reporte.

Los estudios internacionales señalan que la lucha de México y Colombia en contra de las bandas narcotraficantes han disparado otro delito: el del secuestro de indocumentados en su camino hacia Estados Unidos. Este, dicen los estudios, se ha convertido en un lucrativo negocio, en dólares.

Según esos mismos estudios, los migrantes hondureños son las principales víctimas de este delito, seguidos, muy de lejos, por los salvadoreños y guatemaltecos.

Los secuestradores estarían cobrando hasta 10,000 dólares por la liberación de sus víctimas.

“Los Zetas”, un grupo “narcoparamilitar” que opera en territorio mexicano, se dedica a esta actividad.

A ellos se les atribuye ser los responsables de la muerte de 72 migrantes que en agosto pretendían alcanzar territorio estadounidense para hacer realidad “su sueño americano”.

Los migrantes de varias nacionalidades estaban huyendo de las precarias condiciones económicas de sus países. La mayoría de ellos eran hondureñas. Hasta hoy, las autoridades de Honduras estiman que 30 de las 72 víctimas eran originarias de este país, uno de los más pobres de América.

Narcopistas

Los jefes policiales también informaron de la destrucción de tres narcopistas en el departamento de Gracias a Dios, al este de Honduras. Las autoridades no descartan que las pistas hayan sido manejadas por mexicanos.

En estas operaciones, se incautaron de un equipo para alumbrado, ocho casas de campaña, dos motos, radios portátiles de comunicación, y hasta un vehículo con reporte de robo.

Todo esto sucedió solo en un día. Las noticias de secuestros son consuetudinarias en el país, así como las matanzas, las que se suponen ligadas al pleito por territorios de venta de drogas.

spot_img
spot_img

Noticias recientes

spot_img
spot_imgspot_img