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El miedo por la violencia define la vida de los niños salvadoreños, según ONU

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San Salvador – «Miedo» esla palabra con la que los niños salvadoreños definen sus vidas ante las distintas manifestaciones de violencia que sufren en sus casas, las calles o las escuelas, según la enviada de la ONU Marta Santos Pais.
 

La funcionaria internacional comentó que durante su visita de cinco días a El Salvador dialogó no sólo con autoridades y organizaciones sociales, sino también con niños y adolescentes, quienes le relataron su «frustración» por la violencia que sufren y por la «indiferencia» de la sociedad hacia el problema.

«Los niños definen su vida por una palabra, sistemáticamente; la palabra es miedo: miedo en la casa, miedo en la calle, miedo en la escuela», enfatizó Santos Pais, representante del secretario general de Naciones Unidas sobre la violencia contra la niñez.

«La violencia en la comunidad, la de tipo delictivo, la que se produce en la intimidad del hogar (…), tienen un impacto acumulativo en los niños», sentenció, y enfatizó en la amenaza de las pandillas.

Santos Pais visitó El Salvador, invitada por el Gobierno, para darle seguimiento a compromisos adquiridos por el país y al cumplimiento de recomendaciones de Naciones Unidas para prevenir y responder las acciones de violencia contra la niñez.

Dio la casualidad que durante la estadía de Santos Pais en El Salvador cuatro hombres armados asaltaron un centro parvulario, el jueves en Santa Tecla (centro), en un nuevo hecho que evidenció la exposición de los niños a la delincuencia, aunque no hubo víctimas.

Los asaltantes entraron a la escuela haciéndose pasar por parientes de alumnos, cuando se celebraba anticipadamente el Día del Padre, que es el próximo lunes, y se llevaron dinero, teléfonos móviles, cámaras y otros objetos de valor de padres de familia, maestros y demás asistentes.

Este es sólo el más reciente de los asaltos y otras acciones delictivas que se perpetran dentro o en los alrededores de los centros escolares, en muchos de los cuales la Policía ha reforzado la vigilancia.

Las relaciones de alumnos de escuelas y colegios con pandilleros, sin importar si a veces son de amistad o sentimentales, suelen acabar en tragedias.

Así ocurrió en los últimos meses con los casos de dos estudiantes de enfermería y otra de bachillerato, que en dos hechos separados fueron asesinadas por pandilleros por tener vínculos sentimentales con cabecillas de bandas rivales.

La prensa local también ha aireado casos de alumnos que son miembros de pandillas y que extorsionan a sus maestros.

Las pandillas, consideradas los grupos más violentos que operan en el país, suman unos 64.000 miembros, según datos policiales.

Desde marzo de 2012 las principales pandillas mantienen una «tregua» que, según el Gobierno, ha bajado los homicidios en un 52 %, aunque otros delitos como las extorsiones y los asaltos siguen siendo elevados.

Santos Pais comentó que «es dramático el impacto» en los niños de «la violencia asociada con situaciones de pandillas», bien sea «en términos de extorsiones, de homicidios, de manipulación para ingresar en las pandillas o para practicar actos de criminalidad».

Mencionó que los niños y adolescentes salvadoreños con los que dialogó «describían cómo era tan difícil esperar el autobús en zonas en que no hay protección, porque las pandillas aparecen».

La representante del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que «es muy alto» el número de niños salvadoreños sin protección social, lo cual los convierte en «víctimas muy fáciles para las pandillas o para ser presionados para ingresar» a ellas.

Santos Pais señaló que una causa de esa desprotección es que «la familia salvadoreña está impactada por una situación de migración», lo que hace que «40 % de la niñez y la adolescencia vive solamente con uno de los padres o con ninguno de ellos».

Casi tres millones de salvadoreños viven en el extranjero y, de ellos, 2,5 millones en Estados Unidos, según estimaciones oficiales.

La funcionaria de Naciones Unidas reconoció avances importantes en El Salvador como la emisión de leyes y el fortalecimiento de varias instituciones para proteger a grupos como la niñez, la adolescencia y las mujeres.

Sin embargo, consideró que «no es aceptable» que «desde 2005 a 2011 más de 5.000 niños hayan sido asesinados» o que «cada tres horas una niña adolescente sea víctima de abuso sexual».

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