Tegucigalpa – La aprobación a la gestión del Gobierno de Honduras resultó baja por tercera vez consecutiva en la encuesta anual del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC), rectorado por los jesuitas.
En la encuesta nacional presentada hoy, hecha a 1.540 personas del 17 al 29 de noviembre de 2016 y con un margen de error de 2,5 %, Hernández es evaluado con una calificación de 5,15 sobre una escala de 0 a 10.
En 2014 Hernández recibió una calificación de 5,4, mientras que en 2015 obtuvo 4,7 y el año pasado 5,15, subraya el estudio del ERIC presentado en Tegucigalpa por su director, Ismael Moreno.
Según los encuestados, la inseguridad, el desempleo y la pobreza son los tres principales problemas que enfrenta Honduras y que el Gobierno debe resolver.
En cuanto a la política, la encuesta recoge que tres cuartos de la población hondureña (73,1 %) desconfía de la transparencia con que se lleva a cabo el actual proceso electoral de Honduras, que concluirá con los comicios generales del 26 de noviembre próximo.
Además, los hondureños han sorprendido con el 78,1 % que tiene «poca o ninguna confianza» en los partidos políticos, seguidos del parlamento, con la desconfianza del 77,3 % de los encuestados, y el Tribunal Supremo Electoral, con el descrédito del 77,1 %.
La poca o ninguna confianza se extiende a la Corte Suprema de Justicia, con el 72 %; los sindicatos, con el 71,8 %, y el Gobierno Central, con el 71,2 %, agrega el informe.
La encuesta también destaca que de cara a las elecciones generales de noviembre continúa el «creciente desencanto» de los hondureños hacia el sistema político partidista.
Eso se refleja en el aumento de cerca de diez puntos porcentuales en los encuestados que manifestaron no tener preferencia por ningún partido político a lo largo de los tres años de Hernández.
El sondeo también destaca que ninguno de los partidos mayoritarios en el Parlamento (Nacional, en el poder; Libertad y Refundación, Liberal y Anticorrupción), logra llegar al 40 % de valoración positiva.
Sobre la reelección que busca el presidente hondureño, la encuesta indica que «la población está mayoritariamente en contra de la figura de la reelección presidencial, con un 63,7 %, frente a un 33,5 % que sí está de acuerdo».
La Constitución de Honduras no permite la reelección presidencial bajo ninguna modalidad, pero un fallo de la Corte Suprema de Justicia de 2015 dejó abierta la posibilidad.
Hernández aceptó a finales de 2016 una propuesta de dos movimientos internos del gobernante Partido nacional para que sea el candidato presidencial en los comicios generales de noviembre.
Según el ERIC, pese a la millonaria inversión del Gobierno en el Programa Vida Mejor, «la pobreza y la violencia siguieron -en 2016- a rienda suelta».
«El pesimismo en materia económica que se refleja en la encuesta es alimentado por la precariedad laboral, las prioridades de inversión del Gobierno y las nuevas cargas tributarias como los peajes», señala el estudio.
Expresa además que 2017 será marcado por la relación con Estados Unidos, ya que «la mayoría de la población considera que el nuevo presidente de ese país tendrá un impacto negativo en Honduras» y que «a pesar de las amenazas de Donald Trump en su campaña, cuatro de cada diez hondureños han pensado en emigrar».
Añade el estudio que ocho de cada diez hondureños son del criterio de que la situación migratoria de sus familiares en Estados Unidos será mala a partir del triunfo de Trump como nuevo presidente de ese país.
En lo que confianza institucional respecta, la encuesta señala que las iglesias evangélica (con el 61,7 %), la católica (57,2 %) y los medios de comunicación (49,2 %) son los mejores evaluados.
Entre otros temas, el sondeo seña que el 52,9 % de la población no cree que se haga justicia en el asesinato de la líder indígena Berta Cáceres, registrado el 3 de marzo de 2016.
