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El futuro de los cruceros

José S. Azcona

Después del Covid ha habido una recuperación de los diferentes sectores, algunos con un crecimiento acelerado. Como la historia demuestra a través del tiempo- después de la plaga de Justiniano, Peste Negra, y Primera Guerra Mundial- las conductas humanas no cambian sino más bien reaccionan con rebeldía ante las tragedias. Por tanto, una industria turística que crecía de forma pujante antes de la pandemia se ha recuperado su volumen, y su ritmo de crecimiento.

La atención de turismo de cruceros es un rubro bastante especifico.  Tiene una barrera de entrada considerable, pero a su vez es más un turismo de masas que no deja un elevado valor agregado (por ejemplo, poco impacto hotelero).  Sin embargo, para destinos menos desarrollados es de gran conveniencia ya que permite darles exposición y construir una infraestructura de atención

Algunos de los destinos tradicionales los están limitando (Key West, Caimán, Venecia), ya que con un desarrollo turístico pleno este mercado puede ser menos deseable. Los impactos ambientales, las limitaciones de espacio el menor gasto por turista, y la estacionalidad pueden afectar el interés de un puerto por atender este sector. Por tanto, además del crecimiento del rubro, se irán necesitando más puertos de cruceros para sustituir parcialmente los actuales.  Y en el Caribe, que es el mayor mercado de cruceros del mundo, hay déficit de puertos por limitaciones geográficas.  

La isla de Roatán es frágil, y eventualmente si se quiere mantener su sostenibilidad, habrá que distribuir mejor el desarrollo en la isla (tal vez con otro puerto cerca de Oak Ridge).  Al irse posicionando la isla, y densificándose su parte oeste, más bien el puerto de Coxen Hole se deba trasladar o clausurar a largo plazo.  Por tanto, la curva de crecimiento en la isla es estable, pero con un límite máximo aproximado de 15,000 desembarcos diarios- el cual se debe evitar exceder por los desafíos de la infraestructura vial, ecología, y saneamiento.

Por tanto, el futuro está en desarrollar puertos en tierra firme, especialmente diseñados y en alianza con las operadoras. Se necesitan buenas condiciones de navegación y atrancamiento, y una infraestructura base (comunicaciones aéreas y terrestres, logística, fuerza laboral, que permita el desarrollo del polo. Lo ideal es la construcción de infraestructura dirigida (al estilo de Mahogany Bay).  Los alrededores de Omoa, Puerto Cortés, y la Bahía de Tela tienen potencial inmediato. Trujillo tiene una infraestructura más precaria y mucha distancia de los centros de servicio, por lo que tiene algunos desafíos de entrada- que se han manifestado en las pruebas que se han realizado, pero no son insolubles.

Es importante tomarle ventaja al desarrollo de estos puertos. La construcción de centros de entrenamiento, soporte técnico, y aprovisionamiento a los barcos son negocios conexos accesibles. Estos temas se pueden negociar previamente y deben ser considerados para construir alianzas o expansiones de operaciones. Al igual que en otros rubros, la mayor ganancia para el país es integrarse a las cadenas laborales y valor agregado, que ayudan a desarrollar una capacidad permanente.  Tenemos una cantidad creciente de personas con experiencia laboral en los diferentes campos navieros y de servicio turístico- que ayudan a desarrollar el sector.

El desarrollo de varios polos secuenciales ayuda a «amarrar» estos beneficios adicionales.  No es lo mismo un país con un polo solitario, que lo es una potencia turística con 3 o 4 puertos.  El desarrollo deja de ser lineal para convertirse en exponencial, y levantar consigo otros sectores.  Esta es una oportunidad importante para Honduras.

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