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El filme «Sin nombre» abre con un viaje trágico la sección Horizontes Latinos

San Sebastián (España) – El estadounidense Cary Joji Fukunaga viajó desde Honduras hasta EEUU junto a 700 inmigrantes para preparar su proyecto fin de carrera. La experiencia se tradujo en la película «Sin nombre», que abrió hoy la sección Horizontes Latinos en el Festival de Cine de San Sebastián.
 

La cinta, premiada en Sundance, ha sido apadrinada por la productora mexicana de Gael García Bernal y Diego Luna, Canana Films, mezcla «road movie» con la crónica vibrante de las pandillas juveniles callejeras o «maras», que se lucran con el tráfico de emigrantes que pasan por México subidos a los techos de los trenes para alcanzar la frontera estadounidense.

«Me fui con un libro de ‘501 verbos españoles’ a investigar. Conocí a muchos guatemaltecos y hondureños. Algunos pensaban que era un loco y otros estaban orgullosos de tener al único gringo que había en ese tren. La primera noche fue bastante violenta, pero luego empezó la camaradería», aseguró Fukunaga en declaraciones a la prensa española.

«Es un viaje muy difícil, lleno de complicaciones por paradas de la policía y las pandillas. Estados Unidos para ellos ya no está idealizado como la tierra prometida, saben que será muy duro llegar allí, pero la mayoría tienen hijos en su país que necesitan comer», explicó el cineasta, quien previamente realizó un corto, «Victoria para Chino», con la misma temática.

Pero, aunque «Sin nombre» busca un realismo atroz y adopta de filmes como «Ciudad de Dios» o «Amores perros» esa garra suburbana latinoamericana, Fukunaga, de madre sueca y padre de ascendencia japonesa, buscó algo que iluminara una historia tan agreste.

Así, filmó el amor que surge entre una emigrante hondureña, interpretada por Paulina Gaitán, y El Casper un pandillero con dilemas morales que lleva tatuada una lágrima en la mejilla a quien da vida Edgar Flores.

Sin embargo, lo que acaba centrando el interés de «Sin nombre» es el retrato de la violencia cotidiana que reina en esas «maras», con las que estuvo dos años para preparar el guión.

«Ellos escribieron algunos de los diálogos y revisaban el guión para que todo fuera lo más real posible», aseguró. «Pero la realidad es mucho más violenta que la película. No quería ser sensacionalista y mostrar explícitamente lo que sucede».

«Podía sentir el peligro», pero de nada valía estar alerta, porque «la violencia viene y pasa muy rápidamente», afirmó Fukunaga, quien ha cursado estudios de Historia y Geopolítica y que ya tiene escrito un guión sobre un niño guerrillero mientras prepara un cambio de registro hacia el cine musical.

En España «Sin nombre» se estrenará el 30 de octubre, en un momento en el que el país está especialmente sensibilizado con el tema después de que el pasado 2 de septiembre, las «maras» asesinaran en El Salvador al fotógrafo español Christian Poveda, que había presentado el año pasado en San Sebastián su retrato de este submundo bajo el título «La vida loca».

En el resto del mundo, el éxito en el festival de Sundance -premio al mejor director y a la excelencia de la fotografía- y la distribución internacional gestionada por Universal parecen augurar que el de Fukunaga será un fulgurante debut.

«Hice una película y no un reportaje porque el cine en dos horas puede ofrecer una conexión emocional al espectador con alguien de otra parte del mundo, que no tiene nada en común con ellos pero que sí tiene aspiraciones que son universales», concluyó el director.

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