No obstante, Washington cree que es importante que los socios del diálogo a seis bandas (EE.UU., las dos Coreas, Rusia, China y Japón) tengan una reacción «unificada y mesurada» ante el incidente.
«El comportamiento de Corea del Norte ha sido muy, muy malo, provocador y beligerante», afirmó Toner, quien prometió que EE.UU. no va a entrar en el ciclo de acciones-respuesta que parece perseguir Pyongyang ni tampoco «va a compensar este tipo de actitud».
«Vamos a trabajar a través del diálogo a seis y nuestros socios y tomar una aproximación deliberada y lenta ante esta última provocación», insistió el portavoz.
EE.UU. trabajará con China -que tiene una relación «más cercana» con el régimen de Kim Jong-il- y con todos sus socios en este grupo que persigue la desnuclearización de Corea del Norte en su respuesta, recalcó Toner.
Washington quiere que «todos estemos unidos en nuestra respuesta y el presentar una aproximación unificada y coherente les hace ver lo aislados que están», los norcoreanos en la comunidad internacional, dijo.
El Gobierno del presidente Barack Obama, que condenó de madrugada con firmeza el ataque, opina que China «podría jugar un papel constructivo» a la hora de lidiar con Pyongyang, según indicó un funcionario de alto rango bajo anonimato al ser preguntado qué actitud le gustaría ver por parte de Pekín.
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, acudió hoy a una reunión ordinaria en la Casa Blanca con el secretario de Defensa, Robert Gates, y el consejero de Seguridad Nacional, Tom Donilon, donde se abordó la nueva crisis que ha desató el ataque norcoreano.
El ataque, que causó dos bajas militares a Corea del Sur, supone uno de los de los peores incidentes entre los dos países vecinos y enemigos desde el final de la Guerra de Corea en 1953.
La titular del Departamento de Estado prevé además conversar por teléfono con «ciertos homólogos» de la región, explicó Toner.
La Casa Blanca pidió a Pyongyang que cumpla los términos del armisticio, mientras que el Pentágono afirmó que era «prematuro» hablar de eventuales acciones por parte del Ejército de EE.UU., que aún mantiene desplegados en Corea del Sur a unos 28.000 efectivos tras la Guerra de Corea (1950-1953).
Por otra parte, Clinton se reunió esta mañana con el científico estadounidense Siegfred Hecker, quien le informó de los detalles de la visita que hizo recientemente a Corea del Norte y en la que Pyongyang le mostró material sobre un complejo secreto para el enriquecimiento de uranio.
Hecker ha dicho que se quedó sorprendido por la capacidad del complejo, en el que vio centenares de centrifugadoras recién instaladas en una vieja planta procesadora de fuel.
El representante especial de EE.UU. para Corea del Norte, Stephen Bosworth, concluyó hoy en Pekín una gira que inició a raíz de la revelación de esta información por el «New York Times».
En su viaje visitó Corea del Sur, Japón y China, país este último donde mantuvo «buenas conversaciones» y que «comparte nuestras preocupaciones» sobre las recientes acciones de Pyongyang, según Toner.