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EEUU: La brutalidad policial de cinco oficiales negros contra un conductor negro desarma argumento de violencia racial

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Análisis de Alberto García Marrder – Especial para Proceso Digital

Estados Unidos, como refleja la prensa de ese país en sus portadas, sufre de vergüenza ante la salvaje golpiza policial en Memphis de un conductor que conducía de una manera descuidada y que tres días después murió.

Nada nuevo en eso, salvo que los cinco policías y la víctima eran de raza negra. Y el cruel incidente fue una brutalidad policial, no racial. Y siento una vergüenza tremenda que en un país donde he vivido más de 20 años y admiro, pase esa bestialidad policial. He visto el video y eso parece un linchamiento.

Confieso que no he podido terminar de ver el video donde cinco policías de raza negra de la ciudad de Memphis (Tennessee) se turnan para dar fuerte golpes, incluso con una barra metálica y “spray” de gas de pimienta a un conductor despistado, también negro, Tyre Nichols, que murió tres días después.

Foto de Tyre Nichols. Murió tras la brutal paliza dada por la policía de Memphis. (Foto Kris Volker).

En esa ciudad, como en muchas otras del sur de Estados Unidos, lo usual era que policías blancos apalearan a un negro, simplemente por serlo. O sea pura brutalidad policial por motivos raciales. Pero lo de Memphis es diferente y confunde. En pocas palabras, es violencia policial. Nichols, de 29 años y empleado de Fedex, simplemente tenía prisa por llegar a la casa de su madre e hizo lo peor que podría haber hecho. Desobedeció las órdenes de pararse y lo más sagrado en ese entono, ignoró la voz de la autoridad, que se tomó su despiadada venganza. Hasta cuando le pegaban le decían con sorna e ironía: “Hey bro, keep smiling” (“Hey hermano, sigue sonriendo”).

Foto del lugar conde cinco policías afroamericanos apalearon a Tyre Nichols en una calle de Memphis, cerca de la casa de su madre. (Foto Memphis Police).

Poco después llegaron dos autos policiales más (con policías blancos y negros) y nadie, absolutamente nadie, hizo algo por detener la brutal paliza que estaba recibiendo Nichols, y que quedó grabada, en los aparatos de video que llevan los policías en sus pechos, por ley. Y también por una cámara estática en la calle. Fueron simplemente espectadores de “una complicidad entre colegas”.

Me ha emocionado  ver en ese video que mientras más le pegaban y lo insultaban, Nichols solo gritaba: “Mom, Mom, Mom”, pidiendo ayuda a su madre cercana o implorar por ella, en sus últimos momentos de vida. Sus agresores. Todos ellos fuertes y brazos de horas de gimnasio, también tendrían madres, pero ellas no se sentirían orgullosas por lo que hacían sus hijos esa noche.

También hay que destacar que la ambulancia, que alguien llamó, tardó 20 minutos en llegar a socorrerlo y llevarlo a un hospital, con todos los órganos básicos rotos.

Los cinco policías de raza negra, acusados de asesinato en segundo grado. (Foto Memphis Police).

Charles M. Blow,  columnista del diario “The New York Times”, escogió un buen título para su artículo de opinión: “La muerte de Tyre Nichols es la vergüenza de Estados Unidos”.

“La muerte de Tyre Nichols no es solo una tragedia individual. Ahora es la víctima principal de un sistema depredador que Estados Unidos ha perdido su voluntad de enfrentar. Me sorprende que aún  no haya legislación federal para prevenir esos asesinatos. El país, una vez más, ha fallado a la gente negra que lo pedía y lo reclamaba”, escribe Blow, también  de raza negra.

La directora de la policía de Memphis, la primera de raza negra en esta ciudad de Tennessee, Cerelyn  Davis, inmediatamente desmanteló al equipo “Scorpion” de 30 miembros para zonas de alta criminalidad, despidió a los cinco policías, acusados todos de asesinato en segunda grado, que si son encontrados culpables podrían tener sentencias de más de 15 años de prisión.

Desgarradora foto de 2020 en Minneapolis, donde aparece la cabeza de George Floyd aplastada por la bota de un policía. El afroamericano murió y el cruel atropello causo fuerte protestas en todo Estados Unidos. (Foto ABC NEWS).

He consultado con el historiador hondureño Mario Argueta, que ha vivido en Texas, y este es su comentario:

“Más allá de la etnia de los detenidos, los policías gozan de facultades discrecionales en su trato con la población y el respeto o no a los derechos humanos. Esa arrogancia se manifiesta con saña, especialmente con las minorías étnicas, mucho menos con los blancos.  Aunque también han ocurrido casos de violencia extrema con ciudadanos blancos, en ocasiones con resultados letales. En tanto en cuanto no se modifique esa legislación estatal que les otorga carta blanca, continuarán estos hechos trágicos”.

Los padres de Nichols han sido invitados por el presidente norteamericano, Joe Biden, a asistir a su discurso del Estado de la Unión en el congreso, en Washington, este martes 7 de febrero.

Para agravar aún más el estado de incertidumbre sobre la violencia policial, la prensa hoy destaca, y con videos desgarradores, como policías de Huntinghton Park, en California, matan a un hombre negro, doblemente amputado y en una silla de ruedas que amenazaba con un cuchillo.

Le disparan cuando sale huyendo, apoyándose en sus dos muñones.

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