spot_img

EEUU: Dos presidentes, uno trabaja y el otro juega al golf

Por:

Compartir esta noticia:

Especial para Proceso Digital- Por Alberto García Marrder

Washington, (EEUU) – En esta capital se está viendo el caso insólito de ver a dos presidentes, uno electo trabajando sin cesar y el otro, que no quiere dejar el poder, jugando al golf para tratar de olvidar su reciente fracaso electoral.

Aunque no ha tomado posesión aún, el presidente electo, Joe Biden, está ya formando su próximo gabinete y elaborando lo más urgente: un plan para controlar la pandemia del coronavirus, con más de 271,000 muertos ya y más de 13 millones contagiados en Estados Unidos.

Mientras, el presidente saliente, Donald Trump, ignora la pandemia y está sólo interesado en desvalorizar el proceso electoral. Insiste que las elecciones del 3 de noviembre “estaban amañadas” y que le han robado la reelección por otros cuatro años más mediante un “masivo fraude electoral”.

Y también está interesado, y mucho, en darles un perdón presidencial “preventivo” a sus hijos mayores (Ivanka, Donald Junior y Eric) antes que abandone la Casa Blanca por si son procesados en un futuro. Y, sorprendentemente, también a sí mismo. Lo puede hacer, aunque ningún presidente lo ha hecho antes.

El presidente Donald Trump en una rueda de prensa. (Foto Stefani Reynolds-EFE-EPA).

Por ahora, dice cosas de pura fantasía: En una entrevista con su cadena de televisión favorita, “Fox News”, acusó también a su propio Departamento de Justicia y a la Agencia Federal de Investigación (FBI), de estar implicados en esa trama.  Tal vez por, según el presidente, por no haberla investigado lo suficiente.

Estas acusaciones, sin fundamento alguno y sin pruebas, están causando un daño grave a la democracia norteamericana y fomentando dudas sobre la legitimidad del próximo gobierno de Biden.

“O el presidente Trump está delirando o conscientemente está decidido a menoscabar la democracia al no reconocer que ha perdido las elecciones”, afirma un editorial del diario “The Washington Post”.

Trump sabe que ha perdido y muchos analistas coinciden que esas falsas acusaciones de un supuesto “fraude electoral” van dirigidas a sustentar a sus más de 72 millones de seguidores que le votaron y para tenerlos en reserva para el futuro. Y es una buena excusa para justificar que por eso ha perdido, el que nunca pierde.

Biden logró en las pasadas elecciones una ventaja de más de seis millones de votos a Trump (51.14 a 47.14 por ciento) y en el decisivo Colegio Electoral una victoria de 306 a 232. Son necesarios 270 votos electorales para ser presidente.

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden. (Foto EFE-EPA).

Trump, por su parte, y en medio de una crisis sin precedente por la pandemia, tiene tiempo para jugar al golf.

Y se escapa de la Casa Blanca, por lo menos dos veces por semana, para ir a jugar golf en un campo de su propiedad (uno de tres que tiene) en el estado vecino de Virginia.

Donald Trump conduce un carrito de golf («buggy), ya que no le gusta andar. Un «caddy» va detrás. (Foto Jim Lo Scalzo-EFE-EPA)

El golf es un juego de caballeros y donde se compite con un “código de honor”. ¿Y Trump como Juega?

“Trump es un gran tramposo cuando juega al golf y eso dice mucho de su presidencia”, afirma Rick Reilly, el famoso ex cronista deportivo de la revista “Sports Illustrated, que lo conoce desde hace más de 30 años, que ha jugado con él y acaba de publicar el libro “Comandante con trampas, como el golf describe a Trump”.

El cronista deportivo Rick Reilly con su libro sobre Trump y el golf. (Foto Tom Jenkins- The Guardian de Londres).

Nada malo que juegue al golf, el anterior presidente, Baraka Obama, también lo hacía. Lo malo es que no pone atención a la incontrolada pandemia y no tiene su gobierno un plan para enfrentarla.

Biden ya lo tiene y ha nombrado a expertos para formar parte de un grupo dedicado exclusivamente al COVID-19, con un inmediato plan de actuación tan pronto tome posesión el 20 de enero del 2021.

Según el diario “The Washington Post”, desde hace más de cinco meses que Trump no asiste a las reuniones del Comité del COVID-19, que preside su vicepresidente, Mike Pence. Y no es informado regularmente por el equipo de médicos de ese Comité y “raramente” lee los informes diarios que elabora la doctora Deborah Birx, la coordinadora del grupo de científicos y médicos.

“La atención del presidente Trump está en otra parte: en las elecciones pasadas que él continúa pretendiendo que ha ganado y ajustando cuentas, como la purga que ha realizado de dos altos oficiales del Pentágono que no obedecieron sus órdenes”, escribe la columnista Charlotte Klein en la revista “Vanity Fair”.

¿Se está convirtiendo Donald Trump en irrelevante? Eso lo veremos en las próximas seis semanas.

spot_img
spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_img
spot_imgspot_img