Añadió que «si el presidente Calderón tiene ideas o preocupaciones que quiere informarnos, estoy seguro de que estaremos contentos de escucharlas. Porque, repito, lo importante es que reconocemos que asuntos relacionados con la inmigración afectan a ambos países y necesitamos trabajar juntos para hacerles frente».
«Tenemos muchos canales y oportunidades de discutir éste y otros asuntos con el gobierno mexicano, y las preocupaciones que pueda tener el presidente (Calderón) son cosas que estoy seguro podremos discutir en el futuro», agregó Casey.
El portavoz reaccionó así a las críticas lazadas el domingo pasado por Calderón contra las «medidas unilaterales» emprendidas por Washington que, a su juicio, exacerban la persecución y «trato vejatorio» de los trabajadores mexicanos indocumentados en EE.UU.
Durante un discurso desde el Palacio Nacional, en el marco de la presentación de un informe de Gobierno, Calderón destacó que los trabajadores mexicanos contribuyen enormemente a la economía estadounidense, al tiempo que criticó la «insensibilidad» de las autoridades federales.
Estados Unidos, donde se calcula viven más de seis millones de mexicanos en condición de indocumentados, es el principal socio comercial de México.
La seguridad fronteriza, en concreto las medidas de EE.UU. en contra de la inmigración ilegal, ha sido fuente constante de fricciones entre los dos países.
Calderón rechazó la construcción de un muro fronterizo entre México y Estados Unidos y agregó que su gobierno continuará insistiendo en la necesidad de una reforma migratoria integral en este país.
Preguntado sobre qué quiso decir Calderón con el trato vejatorio de los inmigrantes, el portavoz del Departamento de Estado contestó hoy: «no sé a qué se refería».
El asunto migratorio entre ambos países «ha estado ahí durante mucho tiempo, y es un asunto sobre el que continuamos trabajando con México», puntualizó Casey.