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Economía y Salud

Por: Daniel Meza Palma

Según la fundacionmercksalud.com es la rama de la Economía que estudia la producción y distribución de salud y de atención sanitaria. Tuvo su origen en la segunda mitad del siglo XX y su mayor desarrollo en las recientes tres décadas.

Para el gestor sanitario es clave la Evaluación de tecnologías sanitarias, que incluye la valoración de las propiedades técnicas, eficacia clínica, impacto organizativo, consecuencias sociales, e incluso implicaciones éticas, que se producen a corto y largo plazo, así como sus efectos directos e indirectos, tanto deseados como no deseados, derivados del uso de dicha tecnología. La evaluación de las tecnologías es un proceso que integra disciplinas que mezclan, ciencia, economía y política.

Los principios de la Economía de la Salud están previstos para condiciones “normales”. Los efectos de la pandemia del COVID-19, tiene connotaciones más parecidas a una economía de guerra, con una gran diferencia: el enemigo es quasi invisible; ataca con los humanos que contagia; y lleva su guerra por el planeta sin que la ciencia descubra hasta ahora, la vacuna que contenga su propagación.

Los gobiernos en una economía de guerra se abastecen para prever los ataques enemigos y se alcanza el pleno empleo. Con la pandemia una reducida parte de la fuerza de trabajo actúa en tres tareas fundamentales: 1) Imponer el orden para obligar a la población a seguir instrucciones; 2) Salvar a los contagiados; y 3) Facilitar la oferta de bienes y servicios esenciales para la sobrevivencia de toda la población. El éxito de las medidas adoptadas ha estado correlacionado con la capacidad de los sistemas de salud; el nivel educativo y comportamiento de la población; y el instrumental médico disponible para el personal sanitario.

Desde que se estableció el primer toque de queda geográfico parcial el 20 de marzo de 2020, la población hondureña está condicionada al lapso de confinamiento más prolongado de los últimos 80 o más años.

El 21 de abril de 2020, CEPAL publicó “Dimensionar los efectos de COVID-19 para pensar en la reactivación”, que plantea la situación en 2019 para Latinoamérica y el Caribe (LAC) e incluye algunas cifras de diagnóstico y pronóstico para 2020, respecto a Centroamérica y Honduras. La prolongación de las medidas de control de la pandemia exigirá revisar los escenarios del reporte de CEPAL.

La reducción del Producto Interno Bruto (PIB), está estrechamente vinculada al comportamiento del PIB de los países que adquieren las exportaciones hondureñas: Estados Unidos, la Eurozona y Centroamérica. Las limitaciones presupuestarias y el gasto fiscal serán más severas al disminuir la actividad económica. 

Según CEPAL, las remesas hacia LAC, que en 2019 significaron 20% del PIB para Honduras, se verán reducidas entre un 10% y 15%, pues las actividades preferidas de los emigrantes como construcción, hoteles, servicios personales y restaurantes han visto reducidas sustancialmente su activar en los países de destino por medidas relacionadas con el distanciamiento social.

El turismo, que para 2018 alcanzó el 12% del PIB e igual proporción, para el empleo en Honduras, tendrá una importante reducción en 2020.

A pesar de las medidas adoptadas por el gobierno hondureño, monetarias y crediticias y el diferimiento en los pagos de algunos impuestos, las empresas siguen enfrentando dificultades de ingreso, acceso al crédito y flujo de caja; mientras los trabajadores tropiezan con apuros de empleo e ingreso.

Conforme a CEPAL, el impacto en los sectores económicos en Honduras se clasifica en: i) Los menos afectados: agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, 12.1%;  ii) Los medianamente afectados: explotación de minas y canteras, industrias manufactureras, suministro de electricidad, gas y agua, construcción, intermediación financiera, inmobiliarias, servicios empresariales y de alquiler, administración pública, servicios sociales y personales, 63.6%;  iii) Los más afectados: comercio al por mayor y al por menor, reparación de bienes, hoteles y restaurantes, transporte, almacenamiento y comunicaciones, servicios en general, 24.1% del PIB.

Existe una propuesta reciente del gobierno, Consejo Hondureño de la Empresa Privada y representantes de la Sociedad Civil que consta de 6 fases denominada Plan Nacional de Reapertura y Reactivación Económica:

Fase 1(marzo 2020): Sectores esenciales;  Fase 2 (primera quincena de mayo 2020):  Infraestructura y vivienda; Restaurantes, ventanilla y delivery; Manufactura electrónica; Almacenes y tiendas por Departamento; Fase 3 (segunda quincena de mayo 2020): Manufactura textil y BPOs, regímenes especiales; mercados especializados; MiPYME Fase 4 (primera quincena de junio 2020): transporte público; Industria no alimentaria; distribuidora de vehículos y autopartes; Fase 5 (segunda quincena de junio): Centros comerciales; tiendas comercio formal calle; servicios personales (salones de belleza, barberías y gimnasios); Fase 6 (primera quincena de julio 2020: Gobierno.

La reapertura económica sostenida dependerá de la confiabilidad en el comportamiento decreciente de los datos epidemiológicos del COVID-19.

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