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Dos muertos y acusaciones de fraude marcan la jornada electoral en Camerún

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Yaundé – Al menos dos personas resultaron muertas en la zona anglófona de Camerún, que hoy celebra elecciones presidenciales, en las que no han faltado las acusaciones de fraude hechas por candidatos de la oposición contra el presidente del país, Paul Biya, que aspira a un séptimo mandato.

Los dos fallecidos son supuestos integrantes del grupo armado secesionista Fuerzas de Defensa de la Ambazonia, quienes fueron abatidos por efectivos de las fuerzas de seguridad en un enfrentamiento en la localidad de Buea, en la zona anglófona del suroeste de Camerún, donde existe un notable componente secesionista.

También en la zona anglófona del noroeste se registraron episodios violentos puntuales pese al gran despliegue de seguridad organizado por el Gobierno ante el elevado riesgo de atentados por parte de los grupos armados secesionistas.

Allí, en la localidad de Bamenda, el domicilio del ex primer ministro Simon Achidi Achu fue incendiado anoche y un equipo de periodistas fue atacado por insurgentes.

Además, en el municipio de Bafut, también anglófono, agentes de seguridad y militantes secesionistas mantuvieron un tiroteo cuando estos últimos intentaban incendiar un colegio electoral.

El clima de violencia, espoleado durante la campaña por amenazas de los grupos armados que aseguraban que harían todo lo posible por impedir la elección en su territorio, se está traduciendo en una muy baja participación en las zonas anglófonas, que concentran al 20 % de la población de Camerún.

Este conflicto viene recrudeciéndose sobre todo desde finales de 2017, con tintes de rebelión armada y choca con una postura muy rígida por parte del Gobierno de Yaundé frente a las reclamaciones independentistas.

En el resto de regiones, la jornada electoral transcurre con tranquilidad.

Biya, de 85 años y ganador en 2011 con casi el 80 % de los apoyos, parte como favorito para mantenerse en la jefatura del Estado, a la que accedió en 1982.

Sin embargo, algunos de sus principales rivales ya han lanzado acusaciones de fraude e irregularidades electorales.

Es el caso de Cabral Libii, un joven político que se ha ganado el sobrenombre de «Macron camerunés» (en alusión al presidente de Francia, Emmanuel Macron) y que ha asegurado a la prensa que su campaña ha recibido denuncias de militantes oficialistas con un centenar de carnés electorales en su haber y de que en algunos lugares sus observadores no pudieron pasar a los colegios.

«Notamos que esto se hace con la complicidad de ciertas autoridades administrativas», afirmó Libii.

También los afines a Maurice Kamto, abogado internacional y ex viceministro de Justicia, señalaron irregularidades como que en una de las áreas anglófonas cuarenta presos recibieron unos 40 dólares para votar por Biya.

Asimismo, Joshua Osih, del Frente Democrático Social de Camerún (FDS, el principal partido opositor del país), declaró a la prensa que tenía constancia de que ha habido «graves incidentes» en las regiones anglófonas del país, tanto en el noroeste como en el sudoeste, si bien no dio más detalles.

El presidente camerunés, por su parte, lanzó esta mañana una llamada a la calma y a no sucumbir a los intentos de perturbar la estabilidad tras depositar su voto en la capital, Yaundé.

En total, unos 6,5 millones de cameruneses estaban llamados hoy a las urnas, que permanecerán abiertas hasta las 18 horas (17 GMT).

Tras el cierre de los colegios, se iniciará el recuento de votos y la validación de los resultados, cuyo anuncio podría demorarse hasta dos semanas.

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