«Vienen deportados desde México a través de buses que llegan a la frontera de Corinto (entre Guatemala y Honduras por el departamento de Cortés), nosotros estamos ahí, pero no hay condiciones para organizar y atenderlos, es una preocupación grande», apuntó Willeman.
Precisó que vienen dos buses semanales, uno el lunes y otro el jueves, con más o menos con 15 a 40 niños, acompañados de su madre o en su mayoría solos y cuyas edades oscilan entre los 12 y 17 años.
Aseveró que a nivel de todos los países centroamericanos, Honduras ocupa el primer en niños que salen indocumentados con el fin de viajar a Estados Unidos en busca del sueño americano, lo que significa que el país está a la cabeza en la migración forzada infantil.
Indicó que es difícil precisar cuántos niños están saliendo diariamente del país, pero se sabe que lo hacen a través de puntos ciegos y por eso los agentes de migración no conocen sobre la salida de los menores migrantes.
Atribuyó que son dos las razones principales para que una gran cantidad de niños hondureños esté migrando del país; que se marchan a Estados Unidos en busca de sus padres y la segunda es la violencia que está ocurriendo en Honduras principalmente por el accionar de las maras o pandillas.
«Se van los padres y detrás van los niños buscándolos y muchos son detenidos por las autoridades de México que los están deportando al país y regresan muy mal de salud porque han pasado por una situación muy grave como secuestros y hay niños que vienen amputados; es una situación muy vulnerable que tenemos que poner orden en la casa», señaló.
En ese sentido, Willeman dijo que espera que el actual gobierno se concientice acerca de lo que está pasando con los niños y juventud que están tomando la decisión de migrar del país.
