Kiev – La piloto y diputada ucraniana Nadezhda Sávchenko fue detenida hoy en el Parlamento de Ucrania por planear presuntamente un ataque terrorista contra miembros del Gobierno del presidente de Ucrania, Petró Poroshenko.
Según informaron las autoridades ucranianas, Sávchenko -que hasta el momento era considerada una heroína nacional tras haber pasado dos años en una prisión rusa- se enfrenta a varios cargos penales por un supuesto intento de golpe de Estado.
Su detención se produjo justo después de que asistiera a declarar en una sesión del Comité Reglamentario de la Rada Suprema (Parlamento), que finalizó con la decisión de retirarle la inmunidad de la que gozaba como diputada.
El fiscal general de Ucrania, Yuri Lutsenko, aseguró hoy tener pruebas de que Sávchenko contactó con miembros del Servicio de Seguridad ucraniano (SBU) para convencerles de preparar un ataque contra «altos cargos» del Gobierno, en el cual Rusia también estaría involucrada.
«Conocemos hechos que prueban la participación de la Federación Rusa, como enemigo del Estado ucraniano, en el suministro de armas a personas que planeaban cometer un acto terrorista contra los principales líderes del Estado y la población de la capital con el objetivo de derrocar el orden constitucional», añadió Lutsenko.
Por su parte, Sávchenko calificó las acusaciones de «absurdas» y afirmó que la idea de organizar un golpe de Estado no es más que una «provocación política».
La expiloto, que se había convertido en un símbolo de la resistencia ucraniana contra las milicias prorrusas que ocuparon el este del país, fue condenada en Rusia a 22 años de cárcel en 2014 acusada de complicidad en el asesinato de dos periodistas rusos.
Según la Justicia rusa, la militar proporcionó las coordenadas de un puesto de control de las milicias prorrusas en la región de Lugansk donde estaban dos reporteros de la radiotelevisión rusa, que resultaron muertos por proyectiles de mortero.
Sávchenko siempre defendió su inocencia y en mayo de 2016 fue liberada tras ser indultada por Rusia y canjeada por dos agentes de la inteligencia rusa gracias a un acuerdo entre ambos países.
Ya de vuelta en Ucrania fue condecorada con la Estrella de Oro por el presidente Poroshenko e inició sus primeros pasos en la política ucraniana como diputada de la Rada Suprema.
No obstante, no tardó en dejar claro que iba a defender sus posturas en el salón de plenos, hasta el punto de que protagonizó con frecuencia escenas en las que acusaba a los diputados de «mentirosos» y utilizaba un lenguaje soez.
En los últimos meses ha venido acusando al Gobierno de Poroshenko de «crímenes contra el pueblo ucraniano» y ha llamado públicamente a sus conciudadanos a forzar un cambio en el poder.
A su juicio, la persecución contra ella se debe a que recientemente viajó fuera del país para «testificar en instancias legales y judiciales europeas contra la corrupción de Poroshenko» y la «criminalidad» del actual Gobierno.
